Alimentación España , Burgos, Miércoles, 26 de enero de 2011 a las 13:03

Descubren en Atapuerca la especie de rata de agua más antigua de la Historia

Los restos, de 1'2 millones de años, se encontraron en la Sima del Elefante, donde se descubrieron los restos humanos del primer europeo

Antonio Martín/DICYT La Sima del Elefante de Atapuerca, lugar donde se encontraron los primeros restos del género Homo en Europa, acaba de desvelar otro de sus secretos: un antepasado de la rata de agua actual, una especie de roedor anfibio que, a pesar de su nombre común, es parecida a un topillo acuático. Investigadores de la Universidad de Zaragoza y del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (Iphes) han descubierto los restos de la especie de este género más antigua de la Historia, de 1'2 millones de años. El mamífero presenta algunas diferencias con su actual sucesor, como un menor tamaño y modificaciones en la dentadura.

 

La rata de agua descubierta tiene entre unos 18 a 22 centímetros entre la cabeza y el resto del cuerpo, una cola de unos 10 a 14 centímetros, y un peso de entre 155 y 300 gramos. Ha sido clasificada taxonómicamente como Arvícola jacobeus, (homenaje al Camino de Santiago, que transita próximo al yacimiento). El hallazgo se ha dado a conocer a la comunidad científica a través un artículo publicado en revista Acta Paleontológica Polonia; una publicación con factor de impacto de 1'2 y situada en el primer tercio de las publicaciones de Paleontología. El estudio lo ha liderado la científica Gloria Cuenca.

 

Cuenca recuerda a DiCYT que esta especie descubierta es "un ancestro de un endemismo ibérico, la actual rata de agua, de la que Miguel Delibes cuenta en sus libros que servía de alimento". Este extremo ha llegado a ser confirmado por los científicos, "personas mayores de Salas de los Infantes (Burgos) recuerdan que antaño se cazaban en la población estos animales para su alimento", indica la investigadora, del Departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Zaragoza.

 

La rata de agua hallada en Atapuerca se diferencia de la contemporánea en que su menor tamaño, pero también en la dentadura. La de aquella tenía un esmalte más grueso que la actual y existía un atisbo de raíz. "En los actuales topillos, existe también un crecimiento similar, continuo, como el que ocurre en los caballos", recuerda la investigadora. En la Sima del Elefante, durante las excavaciones arqueológicas de los últimos 15 años, “han salido restos fósiles de dientes de rata de agua con unos rasgos diferenciales que los hacían únicos, por ejemplo, son más pequeños y tienen el esmalte más grueso que otro tipo de roedor de la misma cronología, Mimomys savini; las raíces de estos dientes también son muy singulares. Todo ello, y después de diferentes estudios, nos ha conducido a crear esta nueva especie", recalca Jordi Agustí, del Iphes y responsable del Área de Investigación de este centro.


El mismo investigador explica que Arvicola jacobeus “tiene que ver con el origen de la rata de agua ibérica, Arvicola sapidus. En Europa, y en la parte norte de la península Ibérica, la especie más común de rata de agua es Arvicola terrestris, ahora bien, la especie propia de garn parte de Iberia es Arvicola sapidus (típica de la Albufera valenciana), la cual presenta caracteres más arcaicos que Arvicola terrestris, comparables en cierta medida a la primera rata de agua del Pleistoceno medio, Arvicola mosbachensis. "Hasta ahora -comenta Jordi Agustí- no se sabía mucho sobre el origen de Arvicola sapidus y se pensaba que, o bien se había escindido de Arvicola terrestris durante el Pleistoceno superior, o bien descendía directamente de Arvicola mosbachensis de comienzos del Pleistoceno medio. Pues bien, Arvicola jacobeus demuestra que el linaje de Arvicola sapidus es muy antiguo y se remonta al Pleistoceno inferior. Sería la rata de agua más antigua de la Historia", concluye.

 

Entorno acuático

 

Glorica Cuenta explica que el hallazgo se produjo derivado del estudio de los restos más pequeños encontrados en los niveles inferiores de la Sima del Elefante. "En primer lugar, se extrajeron los restos de gran tamaño, entre los que se encontraban huesos grandes como el del género Homo y herramientas líticas. Posteriormente, la tierra restante se tamiza o cuela en el río Arlanzón con mallas de medio milímetro y se recuperan fósiles de pequeño tamaño. Este hallazgo se produjo cuando se colaban los sedimentos más pequeños, aparecieron pequeños dientes que, analizados con microscopio electrónico de barrido, permitieron concluir que se trataba de una especie de rata de agua más pequeña", indicó.

 

Los datos obtenidos permiten reconstruir el entorno y la microfauna que se encontró el Homo antecessor en lo que ahora es la sierra de Atapuerca (Burgos). Las ratas de agua vivían, como las actuales, en un medio acuático al que acudían estos humanos "para proveerse de agua o de herramientas líticas". Entonces, el roedor no era consumido por el ser humano ni se cazaba por su piel, concluye la investigadora.  Junto a estos animales, se han encontrado restos de anátidas (patos) y se piensa que el agua permanecía embalsada, cercana a las cuevas. El ecosistema era más húmedo y cálido que el actual.

 

Los restos, obtenidos en 2005, consisten en dientes y una mandíbula en buen estado. Gloria Cuenca indica que la última campaña de excavaciones en Atapuerca puede permitir analizar "la evolución de un grupo de roedores propio de la península Ibérica al que queremos dar como nombre de género Iberomys". El análisis de estos mamíferos puede ayudar a conocerla evolución de estos animales "a los cambios ambientales en la península en su proceso de aridificación".