Desarrollan un cuestionario que permite comparar la calidad acústica de viviendas en toda Europa
AMR/DICYT ¿Tienen las viviendas construidas en España recientemente la misma calidad que las que se levantan en el norte de Europa? ¿Los ruidos de los vecinos se oyen más en Francia o en Alemania? Una iniciativa europea trata de unificar los criterios sobre los que se mide la calidad acústica de las viviendas con el fin de comparar de forma fiel las diferencias entre las construcciones de todo el continente. En el proyecto de investigación participa la Universidad de Valladolid y el trabajo ha sido presentado a expertos de España y Portugal en el marco de Tecniacústica, el congreso ibérico de Acústica, que se celebra en León estos días.
El proyecto de investigación tiene por objetivo general "el establecimiento de redes de investigación" en este campo, el de la acústica aplicada a viviendas, explica a DiCYT la responsable del grupo de investigación, María Machimbarrena, del Departamento de Física Aplicada de la UVA. Se trabaja en dos sentidos. Una de las líneas de trabajo es la armonización de parámetros acústicos relacionados con la edificación y otra es evaluar la molestia al ruido, especialmente centradas en las instalaciones y el vecino.
Para iniciar el trabajo, un alumno del máster de Acústica de la Universidad de Valladolid, Francisco Javier Andrés, recopiló durante tres meses información sobre encuestas, parámetros y sistemas de calidad acústicas de viviendas en Suecia. Con este material, se ha diseñado una encuesta con la que se pretende evaluar las condiciones acústicas de las viviendas. En Florencia (Italia), en diciembre de este año, los 26 países participantes en el proyecto de investigación pondrán en común sus resultados y la Universidad de Valladolid pondrá a prueba su propuesta ante sus socios en la iniciativa. "La idea es que el mismo cuestionario sirva para toda Europa y así hacer comparaciones entre distintos países", explica Machimbarrena.
Usuario final y encuestador
El cuestionario va dirigido al usuario final, pero, el fin de retroalimentar la información, lleva asociado un trabajo de investigación en las soluciones constructivas con las que se ha dotado la vivienda, que corre a cargo del encuestador. De este modo, el usuario debe llevar un tiempo viviendo en la vivienda, para poder responder con solvencia a las cuestiones sobre comodidad y ruido ocasionado por el entorno y el vecindario que se le planteen. El encuestador, por su parte, debe encontrar además información sobre los detalles constructivos, planos y, con una herramienta de cálculo, una normativa europea, estimar el aislamiento que había con esas soluciones constructivas.
Ya existían encuestas de molestia, pero no se habían armonizado, por lo que los resultados que se obtenían en un país no eran comparables con los de otro. "De hecho, este es el aspecto pionero del proyecto", subraya la responsable del grupo de Valladolid. La encuesta "intenta armonizar tanto parámetros, como encuestas y, finalmente, clasificación acústica de edificios", resume la científica. Y es que dentro de la normativa se permiten muchas posibilidades de medición de parámetros sobre acústica, por lo que cada país opta por los suyos propios. "Lo que pretende la iniciativa es unificar los criterios nacionales", resalta Machimbarrena. Respecto a la clasificación acústica de edificios, nueve países europeos ya cuentan con una. España no es uno de ellos, pero tiene una propuesta de Aecor (Asociación Española para la Calidad Acústica), que integra asociaciones, instituciones y fabricantes.
Uno de cada cinco restaurantes de Valladolid no se adapta a la Ley del Ruido | |
Un trabajo realizado por la Universidad de Valladolid junto con la empresa Audiotec, presentado en el VI Congreso Ibérico de Acústica, que se celebra estos días en León, muestra que la adaptación de los restaurantes a la Ley del Ruido de Castilla y León marcha a paso lento. Uno de cada cinco, según un análisis de la situación de estos científicos, no está dotado con las medidas suficientes que marca la normativa autonómica. Al entrar en vigor la Ley del Ruido de Castilla y León en 2009, se planteó una moratoria de tres años para que los establecimientos de ocio como restaurantes se adaptaran a las disposiciones normativas. Los científicos de la UVA quisieron conocer en qué situación se encontraban los restaurantes de alto-medio standing de Valladolid, por lo que analizaron una muestra de ellos. En concreto, estudiaron las instalaciones de 21 establecimientos de este tipo. Los resultados de su estudio muestra que el 20% no cumplía la normativa. Además, estudiaron cuánto le costaría a los negocios la adaptación: entre 2.000 y 5.500 euros, según los casos. |