Alimentación Costa Rica , San José, Lunes, 14 de septiembre de 2009 a las 17:09

Dan a conocer efectos a largo plazo de plaguicidas

Una investigadora mexicana asegura que los centros de canto de las aves son susceptibles al desorden endocrino mediado por PCBs

UCR/DICYT Almira Hoogestejn, investigadora del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional de México, dio a conocer los estudios que ha realizado en el campo de la ecotoxicología, sobre la biodisponibilidad de organoclorados (plaguicidas artificiales) y metales pesados, como el mercurio, usando como indicadores a las aves silvestres. La especialista ofreció una serie de charlas en la Universidad de Costa Rica, invitada por el Centro de Investigación en Contaminación Ambiental (CICA). 

 

El trabajo, indicó Hoogestejn, describe el efecto hormonal que los bifenilos policlorados (PCBs) ejercen sobre los centros del canto en aves de la especie Taeniopygia Guttata, conocidas como diamante mandarín. Los bifenilos policlorados son compuestos químicos que ya no se producen en Estados Unidos, pero que son catalogados como peligrosos debido a que son capaces de acumularse en las cadenas alimenticias y causar efectos tóxicos en seres vivos.

 

Según explicó la profesional, los resultados de su investigación apoyan la hipótesis de que los centros de canto de las aves muestra son susceptibles al desorden endocrino mediado por PCBs. La especialista recordó que hay alrededor de ochenta mil químicos utilizados en la industria y el hogar y enfatizó que cada químico debería ser probado para definir influencias en la actividad estrogénica, androgénica y de tiroides como mínimo. “Hemos abrazado los beneficios de los pesticidas, fungicidas, plásticos, materiales de construcción y limpiadores sin medir los costos a largo plazo”, advirtió Hoogestejn.

 

Agregó que en estos momentos estudia cuál es la biodisponibilidad del mercurio y del plomo de la ciudad de Mérida, comparada con las zonas más prístinas que se encuentran alrededor de la ciudad, “ya que en el campo de leche materna trabajos previos de mis colegas demostraron que las mujeres de Mérida tienen los niveles más altos mercurio de todo México”. La especialista añadió que entre las fuentes de mercurio que detectó “están la quema de basura, una siderúrgica y una cementera muy cercanas”.