Alimentación España , León, Martes, 30 de junio de 2009 a las 17:37

Científicos de León describen en ciervos nuevas lesiones causadas por tuberculosis aviar

Un trabajo del Departamento de Sanidad Animal utiliza por primera vez un ensayo por inmunoabsorción ligado a enzimas para detectar esta enfermedad

AMR/DICYT Un equipo de científicos de la Universidad de León y del Instituto de Recursos Cinegéticos (centro mixto CSIC-Universidad Castilla-La Mancha) de Ciudad Real ha encontrado nuevas lesiones causadas por tuberculosis aviar en una población de ciervos. Los animales presentaban neumonía intersticial, asociada comúnmente a virus. Es la primera vez que se detecta esta infección por causa de una bacteria, ya que la tuberculosis aviar la ocasiona una denominada Mycobacterium avium subespecie avium. El hallazgo se produjo en el marco de un trabajo comparativo sobre pruebas diagnósticas inmunológicas para la detección de esta enfermedad, que puede afectar a una amplia variedad de diferentes especies animales y es transmisible al ser humano.

 

En general, las infecciones respiratorias como la neumonía intersticial son causadas por virus, que después predisponen a una invasión bacteriana secundaria. En el caso de los ciervos (cervus elaphus), se halló la presencia de este tipo de infección pulmonar ocasionada directamente por la bacteria. "Es una novedad en materia de Anatomía Patológica", apunta a DiCYT un miembro del equipo investigador, Jorge González. No es la única innovación del estudio, publicado recientemente en la revista científica Journal of Veterinary Diagnostic Investigation. Durante el estudio, los investigadores introdujeron el ensayo por inmunoabsorción ligado a enzimas, también conocido como ELISA (enzyme-linked immunosorbent assays, en inglés). Esta prueba no se había usado antes en tuberculosis aviar.

 

El grupo leonés participante en el trabajo ya tenía experiencia en el análisis de micobacterias patógenas en animales, pero sus estudios previos se habían centrado en animales domésticos (tuberculosis bovina o caprina o paratuberculosis). La investigación fue desencadenada por la solicitud de un propietario de una explotación con ciervos. Los ejemplares de su propiedad presentaban tuberculosis aviar y el dueño quería conocer cómo podía detectar esta enfermedad para que no afectara a su negocio. El equipo científico, que encabezó el decano de la Facultad de Veterinaria, Juan Francisco García Marín, analizó casos de tuberculosis en 52 ejemplares adultos de ciervos a través de tres técnicas diferentes de diagnóstico, con el fin de determinar cuál era la más idónea.

 

ELISA, la más idónea

 

Los investigadores alternaron dos pruebas de inmunidad celular, denominadas prueba de piel de tuberculina cervical comparativa (CCT, en inglés) y el ensayo de gamma-interferón; con otra de inmunidad humoral, ELISA. La CCT es habitualmente utilizada tanto en animales domésticos como salvajes, pero presenta inconvenientes. Al realizarse en dos tandas, es necesario cazar dos veces al mismo animal. La gamma-interferón se hace en una sola ocasión. ELISA, respecto a estas dos, permite el análisis en diferentes fases de la infección. Los métodos más fiables son post mortem, pero "queremos encontrar mejores técnicas in vivo ya que en el campo de las micobacterias, una sola prueba no es eficaz", explica González. Los tres casos mortales que encontraron en la pequeña población de ciervos analizada fueron detectados fuertemente por ELISA, ligeramente por la prueba de gamma-interferón y sólo resultaron positivos uno de dos en la comparativa CCT.

 

Los ciervos son animales muy susceptibles a infecciones micobacterianas patógenas. La población analizada presentó una mortandad del 8%, ya que previamente a los tres casos analizados, se registró el fallecimiento de otro ejemplar. "Muchos animales, además, presentaban lesiones asociadas a la enfermedad", apunta el investigador. La causa de la elevada prevalencia está en "el estrés que sufren estos seres", explica el experto. Hasta llegar a la explotación donde permanecerán, los ciervos son sometidos a un cambio de hábitat, transporte e, incluso, pasan por fases de carencia de alimentos.