Científicos aún desconocen la causa de muerte de aves y peces en diferentes regiones del mundo
UCR/DICYT Durante la víspera de año nuevo y los primeros días del 2011, medios de prensa han reportado la muerte de peces y aves en varios estados de los Estados Unidos de América (EEUU) y en otros países de Europa y Asia. Una semana antes de que finalizara el 2010 se había producido la muerte de 100.000 peces tambor en el río Arkansas. La noche de año nuevo se informó de la muerte de 5.000 mirlos en ese mismo estado de Arkansas. Luego se produjo la muerte de 500 pájaros en Luisiana y dos millones de peces en Maryland. En noviembre llamó la atención que 900 buitres se ahogaran frente a las costas del estado de la Florida, también en EEUU.
Aparte de los Estados Unidos, el 7 de enero se registró la muerte de 700 tórtolas en Faenza, Italia. Además diferentes medios de presenta reportaron muertes similares de aves y peces en Brasil, Inglaterra, Suecia, Italia, México y Tailandia entre otros países.
Con respecto a las aves caídas del cielo en Arkansas, las primeras autopsias determinaron que tenían el estómago vacío, lo que descarta la posibilidad de envenenamiento masivo. Por otra parte se determinó que las aves cayeron ya muertas al suelo y no fallecieron debido al impacto.
Posibles causas
En un intento por buscar una explicación lógica se han lanzado varias hipótesis. La más difundida señala que los fuegos artificiales de fin de año en EEUU provocaron que las aves abandonaran sus dormideros e intentaran volar de noche, chocando con árboles, cables eléctricos, casas y edificios de los alrededores.
Otra teoría señala que los mirlos vuelan en grandes bandadas compactas lo que hace posible que ocurriera una colisión masiva durante el vuelo. Tampoco se descarta que un fenómeno natural pueda haber causado la muerte, como por ejemplo la rayería intensa, una lluvia de granizo a gran altura, o el impacto de un tornado.
En el caso de los 500 pájaros que cayeron en un tramo de la carretera en Luisiana, se conjetura que el pavimento estaba mojado por la lluvia y reflejaba la luz de la luna. Supuestamente este reflejo confundió a las aves, de manera similar como los pájaros se estrellan contra los ventanales de casas y edificios al ver reflejada la luna, la vegetación o el paisaje.
Aunque ninguna de estas tesis ha sido confirmada, no es la primera vez que sucede algo así. En 1973 una tormenta de granizo causó la muerte a cientos de patos cerca de Stuttgart conocida como la capital mundial de los patos en Arkansas. En el 2001 una rayería acabó con la vida de una bandada de pelícanos en esa misma zona.
Sobre esos hechos, la ictióloga de la Universidad de Costa Rica, Dra. Myrna López Sánchez explicó que en muchos casos la muerte masiva de especies animales y vegetales puede obedecer a fenómenos naturales y no exclusivamente a la contaminación.
En el caso los peces, destacó que algunas especies son muy sensibles a los cambios ambientales. "Están sometidos a ámbitos de tolerancia de parámetros físicos y químicos."
Por esa razón considera que las muertes de peces mencionadas, probablemente se deba al estrés que fueron sometidos debido a las bajas temperaturas que se dieron a finales de año en esas zonas del planeta, las cuales sobrepasaron el ámbito de tolerancia de la especie de peces tambor, por ejemplo.
En Costa Rica
En Costa Rica las muertes masivas de peces se han dado principalmente por contaminación de los lechos de los ríos con agroquímicos. Justamente el pasado domingo 20 de enero aparecieron miles de peces muertos en el río Bolsón de Ortega de Santa Cruz y se sospecha que la causa podría ser contaminación del agua.
Un análisis preliminar realizado en el sitio demostró niveles de oxígeno muy bajos en el agua, lo que pudo haber causado la muerte de los peces por asfixia.
Muestras del agua de este río fueron enviadas al Laboratorio de Calidad del Agua del Centro de Investigación en Contaminación Ambiental (CICA) de la UCR, donde se está realizando un análisis minucioso, cuyos resultados podrían estar el próximo lunes.
El coordinador del laboratorio, Wilson Beita Sandí, explicó que los niveles de oxigeno en el lecho de un río pueden descender por descarga de aguas residuales con un exceso de materia orgánica, la cual al degradarse consume el oxígeno. También por una descarga de agua caliente que aumenta la temperatura del río, disminuyendo la solubilidad del oxígeno en el agua, el cual pasa a la atmósfera.
Sin embargo, será hasta que estén los resultados cuando se sabrá que pasó a ciencia cierta y se podrá determinar a los responsables en caso de que los haya.