Castilla y León es la quinta comunidad autónoma en consumo de fitosanitarios
AVPR/DICYT Castilla León consumió más de 5.600 toneladas de productos fitosanitarios durante 2003. Unas cifras que sitúan a esta comunidad autónoma en el quinto puesto en cuanto a la utilización de estos productos, por detrás de otras regiones como Andalucía, donde se utilizaron más de 40.000 toneladas; Valencia (17.500); Murcia, que ha registrado cifras cercanas a las 10.000 toneladas; y Cataluña (7.900). En general los datos proporcionados a DICYT por la Asociación Empresarial para la Protección de las Plantas (AEPLA) demuestran que el mercado de este tipo de productos se mantiene estable durante los tres últimos años, en los que apenas se han registrado ligeras variaciones.
Según ha comentado a DICYT Carmen Calvo, técnico del Instituto Tecnológico Agrario de Palencia "el desfase en las cifras de utilización de fitosanitarios se debe principalmente a las diferencias en el tipo de cultivos que se dan en cada zona. Andalucía y Levante son áreas en las que el regadío acapara la mayor parte de las superficie cultivada, y su explotación se realiza de manera intensiva en invernaderos, por lo que las cantidades requeridas de productos fitosanitarios son mayores".
Una opinión que también comparte, María Asunción García, responsable de la Red de Vigilancia Fitosanitaria de la Consejería de Agricultura de la Junta de Castilla y León, quien añade también que "hay que tener en cuenta las diferencias climáticas entre estas comunidades, ya que tanto Levante como el Sur de la Península consiguen en muchos cultivos hasta dos ciclos de explotación en una misma temporada".
Más de dos toneladas entre Burgos y Valladolid
En lo que a Castilla y León se refiere, Burgos y Valladolid son las provincias donde más cantidad de productos se requieren, con un consumo de 1.132 y 1.107 toneladas respectivamente. Por su parte Ávila es la provincia en la que la utilización de estos productos es menor, tan sólo 263 kilogramos de fitosanitarios durante el año pasado. Un dato que está en consonancia con la importancia de la agricultura ecológica en la provincia, a la que dedica nada menos que 5.662 hectáreas.
En cuanto al tipo de fitosanitarios más utilizados, hay que resaltar el incremento del uso de herbicidas en Castilla y León, que está asociado a las explotaciones de maíz y cereal, mientras que los agricultores dedicados al cultivo de la huerta y a los frutales recurren más a productos fungicidas e insecticidas. En este último grupo se incluyen también los nemacidas y acaricidas, productos diseñados para terminar con las plagas de gusanos y ácaros. En este sentido, los expertos señalan un estancamiento progresivo del mercado de estos productos, debido al desarrollo de nuevas técnicas, muchas de ellas biotecnológicas, para el diseño de cultivos que requieran menos cantidades de fitosanitarios.
El volumen de negocio de este tipo de productos es un exponente más de su importancia en la economía regional: el año pasado las cifras de negocio del sector en Castilla y León se elevó a los 48.600 euros, y en el conjunto de España de 649.446 euros. En Europa las cifras se incrementaron ligeramente, al igual que el consumo, acercándose a los 6.000 millones de euros, según la European Crop Protection Association.