Tecnología España , Valladolid, Miércoles, 03 de marzo de 2010 a las 18:20

Cartif participa en un proyecto nacional para la integración de robots en entornos domóticos

El objetivo es elaborar un estándar universal que permita la interacción entre los robots de servicios y los hogares “digitales”

CGP/DICYT La División de Robótica del centro tecnológico Cartif de Valladolid participa en el proyecto nacional DH Compliant, cuyo fin último es desarrollar un estándar universal y abierto que permita la integración de robots en entornos domóticos. Eduardo Zalama, director de esta División, ha señalado en declaraciones a DiCYT que el estándar posibilitará la comunicación de todos los robots que disponga un hogar digital, de tal forma que los fabricantes “tengan facilidad para adherirse a este protocolo y que los robots sean fácilmente reconfigurables”. 

 

El centro tecnológico trabaja desde hace años en el campo de la robótica y ha fabricado diversos tipos de robots, como los destinados a la limpieza de conductos. En la actualidad ha dirigido su labor hacia los denominados “robots sociales”, aquellos “con mayor inteligencia, capaces de reconocer al usuario, de interacturar con él usuario y de proveer todos los servicios al entorno domótico”. No obstante, el principal problema de los sectores de la domótica y la robótica es que aún no existe un lenguaje que permita su integración.

 

El proyecto DH Compliant pretende resolver este conflicto, de manera que se impulse su implantación definitiva en el hogar. El lenguaje estándar permitiría, por ejemplo, que un robot con servicio de vídeo pudiera integrarse en el entorno domótico como un elemento más, cumpliendo una labor de vigilancia o permitiendo al usuario realizar una videoconferencia. En la misma línea, se podría reconfigurar un robot cortacésped para su comunicación con el hogar, conectado a una estación meteorológica, a internet o con un sensor de lluvia, de forma que sólo realizase su tarea con buen tiempo.

 

“Se trata de integrar todo lo que es el entorno domótico y los robots de servicio que todavía no se han metido mucho en las casas, pero que esperamos se puedan introducir en el futuro”, apunta el experto, quien incide en que es importante elaborar el estándar ahora porque queda “todo por hacer”.

 

Validación del protocolo

 

La principal misión de Cartif, tal y como detalla Eduardo Zalama, es la de “validar” el protocolo que están desarrollando los diversos socios del proyecto, que tiene una duración de tres años. Los trabajos se iniciaron a finales del año pasado y en estos momentos se define el protocolo a nivel conceptual. En una segunda etapa se fabricarán los adaptadores para una serie de robots tipo, y en la última fase, ya en 2011, “se pretende validar en un entorno domótico con varios robots que sea lo más real posible.


La iniciativa cuenta con la financiación del Ministerio de Industria y está liderada por la Universidad de Oviedo, a la que se suman Cartif y la Universidad de Sevilla, y cuenta con la colaboración de las empresas asturianas Davinci e Ingenium, así como de la compañía Movirobotics y de la estadounidense ARA Robotics.

 

Posibilidades en teleasistencia
Una de las aplicaciones que puede tener el lenguaje estándar se centra en la teleasistencia. Los robots “sociales” con mayor capacidad pueden definirse para el cuidado de personas mayores, por ejemplo para la monitorización de tareas como la toma de medicinas. El sistema también puede conectarse con el servicio médico para que estas personas puedan pasar consulta de forma remota y comunicarse con el centro médico, además de integrar otros dispositivos como los medidores de tensión o glucosa.