Botánicos de Centroamérica publican libro sobre las plantas comestibles de la región
EA/DICYT Doce botánicos de Costa Rica, Panamá, El Salvador, Guatemala, Honduras y Guatemala son los autores del libro Plantas comestibles de Centroamérica, publicado recientemente por el proyecto "Desarrollando Capacidades y Compartiendo Tecnologías para la Conservación de la Biodiversidad en Centroamérica", una iniciativa del Instituto Nacional de Biodiversidad de Costa Rica (INBio) y el gobierno de Noruega. La publicación recoge información sobre 105 especies nativas de la región, incluyendo los lugares en los que pueden encontrarse las plantas, los nombres científicos y comunes con los que se les conoce en los distintos países, así como sus usos culinarios y recetas para servirlas en la mesa.
Randall García, coordinador por INBio de "Desarrollando capacidades...", explicó a DiCYT que el proyecto tiene como uno de sus principales objetivos convertir los herbarios de Centroamérica en centros de información que contribuyan con el desarrollo de la región y que no sean únicamente depósitos de especímenes de plantas. Con esta idea en mente, se llevaron a cabo una serie de talleres dirigidos a los usuarios de los herbarios con el propósito de ponerlos al tanto sobre la información disponible y a la vez identificar sus necesidades.
"Después de estas consultas, todos los países nos pidieron información sobre plantas comestibles y a eso se debe que hiciéramos este libro", señala García. "Desde el punto de vista más técnico decidimos que iba a ser una oportunidad para dar a conocer una nueva generación de botánicos jóvenes de la región, que son la mayoría de los autores".
De acuerdo con el coordinador del proyecto, el proceso de recopilación de datos para la edición del libro duró dos años, un trabajo que incluyó recoger los conocimientos de los pobladores locales en cuanto al uso de las plantas. Plantas comestibles de Centroamérica está pensado para que pueda ser consultado por personas no especialistas en botánica.
"Es un libro para gente común que tiene oportunidad de encontrar alimento en la vegetación que tiene cerca de su casa, y a lo mejor no sabe que son plantas que se pueden comer. Esta es una situación bastante común en la región", dice García.
Además, el libro pretende ofrecer información que contribuya a promover la seguridad alimentaria en Centroamérica.
"El enfoque que se la ha dado hasta ahora a las estrategias de seguridad alimentaria se ha basado exclusivamente en las plantas cultivadas, olvidando los recursos que el bosque aporta a la alimentación, particularmente en comunidades rurales alejadas", comenta el responsable del proyecto. "El libro busca llamar la atención sobre la biodiversidad silvestre en materia de seguridad y autosuficiencia alimentaria".
La distribución del libro se hará de forma gratuita y corresponderá a los herbarios de los países participantes hacerlo llegar a las personas y organizaciones vinculadas al fomento del desarrollo rural, particularmente aquellas que trabajan en el tema de seguridad alimentaria, y a aquellas que puedan promover el uso de las plantas presentadas.
"La idea de fondo es que Centroamérica no posee un importante capital financiero o científico como otros países, sino que lo que tiene para su desarrollo es su capital natural. Pero para poder utilizarlo apropiadamente hace falta ordenar y divulgar el conocimiento que tenemos sobre él", concluyó García.