Tecnología España , España, Martes, 21 de julio de 2009 a las 19:06

Antes de restaurar, prevenir tecnol贸gicamente

Un grupo de investigadores italianos llevan a Le贸n el 煤ltimo aparataje utilizado en monumentos y obras de arte para su conservaci贸n

Antonio Martín/DICYT En la puerta del aula de la Colegiata de San Isidoro, casi escondido en la jamba, un sensor hace de portero y cuenta el número de personas que acceden al recinto. Algunas antenas de pequeño tamaño, no más de diez centímetro, desputan ya en algún punto del interior. Todos estos dispositivos están conectados a una caja en la que se conserva un equipo informático. Al abrirlo, informa: han pasado 33 personas, hay una temperatura de 25º, la humedad relativa del aire se sitúa en el 60%. Es una centralita microclimática, un aparato que informa al ordenador central de varios parámetros relativos al ambiente que se respira en la estancia. Si en vez de sillas y mesas, en el cuarto hubiera pinturas de Leonardo o piezas arqueológicas del Vesubio, el técnico que manipulara esa información podría conocer también cómo estas condiciones afectarían a las obras de arte.

 

La centralita microclimática, un anemómetro para prevenir el tiempo, una termocámara que es capaz de medir el calor de cada cuerto y el del ambiente... cada uno ya tiene un uso habitual en otros ambientes. Hay dispositivos para medir la cantidad de microorganimos en el aire, por ejemplo, que se utilizan constantemente en hospitales para prevenir enfermedades nosocomiales. En conjunto, sin embargo, en este caso se utilizan para otra cosa: evitar que el patrimonio cultural y artístico se dañe y tenga que se ser restaurado. "Hay que prevenir antes que curar", indica a DiCYT Paola de Nuntiis, investigadora del Consiglio Nazionale delle Ricerche-Istituto di Scienze dell'Atmosfera e del Clima de Bolonia. Un equipo investigador italiano ha mostrado hoy en León los factores de degradación del material tanto en el patrimonio que está a la intemperie, en el exterior, como el que se conserva en museos, al interior.

 

La centralita microclimática es capaz de medir y enviar a control remoto variables de humedad, temperatura, CO2, viento y velocidad si está en el exterior, radiaciones solares... La termocámara es útil para medir las variaciones de temperatura a las que está expuesta una obra que está en el exterior. "Llegamos a registrar hasta cambios de 40º entre el día y la noche en esculturas que estaban al aire en un yacimiento arqueológico de Malta", afirma Chiara Guaraldi, becaria de investigación del instituto boloñés. La experiencia del grupo y de su instrumental ha servido para el control preventivo de 30 museos de la región de Emilia-Romaña y de trabajos arqueológicos en Malta, "pero lo importante sigue siendo conocer la historia de cada obra de arte y los valores en los que se debe mover", indica.

 

Condiciones

 

"Existen condiciones externas que inciden especialmente en edificios, otras internas que, por lo general, pueden ser controlables por el ser humano, y unas terceras externas que tienen influencia sobre las internas, como el clima, el tiempo, la humedad o la contaminación", explica Paolo Mandrioli, profesor de investigación de esta institución italiana. Junto con personal del área de Botánica de la Universidad de León, durante estos días están formando a técnicos para que conozcan estas variables. "Proporcionamos el marco general de conocimientos, luego cada uno debe saber aplicarlo en concreto", indica el expecialista.

 

El profesor Mandrioli explica que todos los dispositivos están orientados para dos misiones: la medida de los parámetros principales que pueden afectar al patrimonio (ya sea físico, como la temperatura o la humedad, o biológico, como los microorganismos) y la interpretación correcta de los datos para establecer parámetros de actuación. Los sensores que a la entrada y repartidos por el aula controlaban el ambiente y hay en algunos museos pueden llegar a recomendar que, si existe en el recinto una pieza artística muy vulnerable y alguno de las variables que mide se dispara, el régimen de visitas se altere, por ejemplo. Esta información, no siempre estuvo bien manejada. "Antes se facilitaba el resultado del muestreo a los responsables de los museos, pero nos hemos dado cuenta que no es efizar. Es mejor interpretar técnicamente los datos según las necesidades de cada centro y de las características de cada obra". Por eso, no hay una receta común, aunque sí subyace una filosofía general: la conservación preventiva.