Añadir pequeñas cantidades de vanadio al acero mejora su resistencia y reduce su peso y precio
CSIC/DICYT Un equipo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha descubierto que añadir pequeñas cantidades de vanadio a determinados tipos de acero utilizados en grandes estructuras mejora su resistencia a la fractura, reduce su peso y, por tanto, su precio de fabricación. Cinco científicos de este grupo, del Centro Nacional de Investigaciones Metalúrgicas (Cenim), han sido premiados recientemente con el Vanadium Award Council, del Institute of Materials, Minerals and Mining de Reino Unido, por desarrollar el mejor trabajo de investigación científico-tecnológica publicado en 2008 sobre la aplicación industrial del vanadio.
Los investigadores del grupo Materalia han tratado de comprender los mecanismos que gobiernan la generación de las distintas microestructuras que confieren las propiedades deseadas al acero. El científico del CSIC y primer autor del trabajo Carlos García-Mateo subraya: “Las relaciones entre las microestructuras del acero y sus propiedades son claves para que el acero sea un material competitivo y actual”.
“Las aplicaciones y la producción de acero en el mundo superan con creces la de cualquier otro material metálico y eso se debe, sin duda, a los esfuerzos que la comunidad investigadora ha realizado en los últimos 50 años para desarrollar nuevos aceros con propiedades a la carta. De hecho, hay más de 10.000 tipos diferentes de aceros en el mercado”, explica García-Mateo. Y añade, “el acero, lejos de la opinión infudamentada de que es un material del pasado, del que todo se sabe y sobre el que no hace falta más investigación, es objeto de constantes e innovadores estudios”.