Alimentación Colombia , Valle del Cauca, Lunes, 24 de septiembre de 2012 a las 10:35

Aceites de Lippia controlan enfermedad de la cebolla cabezona

Esta enfermedad se ha registrado en Colombia en zonas productoras de clima fr铆o de los departamentos de Nari帽o y Boyac谩, as铆 como en Tenerife

UN/DICYT El agente causal de la pudrición blanca del tallo en cultivos de cebolla de bulbo podrá ser controlado con aceites esenciales extraídos de Lippia, gracias a una investigación de la UN en Palmira. Según el profesor Manuel Sánchez, director del Grupo de Investigación en Plantas Medicinales (GIPM) de la UN en Palmira: “la investigación, el desarrollo, el diseño y la formulación de productos fungistáticos de origen biológico incide positivamente en el medioambiente y en la salud tanto de los operarios agrícolas como del consumidor final”.

 

Por eso, los compuestos biológicamente activos obtenidos de fuentes naturales son de interés para los investigadores que trabajan en el control de enfermedades infecciosas para el hombre y las plantas.

 

El profesor Sánchez explica que, en los últimos años, el interés por la evaluación de extractos de plantas con actividad antimicrobiana se ha incrementado; especialmente los de aquellas que pueden actuar contra fitopatógenos de cultivos de hortalizas, entre ellas Sclerotium cepivorum Berk, agente causal de la pudrición blanca del tallo en cultivos de cebolla de bulbo o cabezona.

 

Esta enfermedad se ha registrado en Colombia en zonas productoras de clima frío de los departamentos de Nariño y Boyacá, así como en Tenerife (Valle del Cauca).

 

Según el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural de Colombia (MADR), para el 2003, el área cultivada con esta hortaliza era de 11.020 hectáreas (ha); la producción, de 231.632 toneladas (t); y la productividad parcial nacional de la tierra, de 21,69 t/ha, superior al promedio mundial (17,45 t/ha).

 

En ese sentido, y dado que los aceites esenciales obtenidos a partir del género Lippia origanoides H. B. K. tienen propiedades antimicrobianas, el proyecto del GIPM se orientó a hacer una evaluación in vitro de su efecto sobre la inhibición del crecimiento micelial y la formación del hongo patógeno en los cultivos de esta clase de cebolla.

 

Las muestras fueron tomadas de plantas adultas de L. origanoides cultivadas en el Centro Experimental de UN en Palmira (Ceunp), donde se encuentra la colección de trabajo de plantas medicinales nativas. Las accesiones originales provienen de una recolección adelantada en 2003 en la localidad Jordán Sube (cuenca del cañón del río Chicamocha, en Santander).

 

“Su extracción se hizo a partir de muestras de 200 gramos de material fresco (hojas y flores) que se sometieron durante tres horas a destilación por arrastre con vapor”, afirma el profesor Sánchez.

 

Después de ser extraídos, se empleó sulfato de sodio anhidro para remover el agua. Luego fueron almacenados en frascos viales oscuros y refrigerados hasta su uso en los ensayos de actividad antifúngica.

 

Los resultados indican que todos los aceites evaluados mostraron un efecto inhibitorio tanto del crecimiento micelial como de la formación de esclerocios, en concentraciones de 250 a 1350 µL/L.

 

No obstante, aquellos obtenidos a partir del quimiotipo 1 presentaron el mayor poder inhibitorio de estos procesos. Así, concluye el director del GIPM, “el quimiotipo I de L. origanoides puede ser utilizado para controlar la pudrición blanca de esta cebolla”.