Nutrition Spain Salamanca, Salamanca, Friday, July 06 of 2007, 13:58

Un grupo de investigación salmantino estudia el suelo a través de satélites

El proyecto permite optimizar los recursos en agricultura y monitorizar los terrenos

José Pichel Andrés/DICYT Un grupo de científicos de los departamentos de Geografía e Ingeniería Cartográfica y del Terreno de la Universidad de Salamanca está realizando un estudio sobre las características del suelo en una amplia zona comprendida entre las provincias de Valladolid, Zamora y Salamanca. Nilda Sánchez Martín, profesora de la Facultad de Ciencias Agrarias y Ambientales e integrante del proyecto dirigido por José Martínez Fernández, utiliza los sensores ubicados en varios satélites de la Agencia Espacial Europea (ESA, de acuerdo con sus siglas en inglés de European Space Agency) para obtener imágenes que les permiten interpretar diferentes parámetros, como la humedad del suelo, la rugosidad de la superficie o la vegetación.


Este equipo, perteneciente al Grupo de Investigación en Recursos Hídricos de la Universidad de Salamanca (Hidrus), se integra en un proyecto internacional junto a científicos de Estados Unidos y Austria. Desde 1999 cuentan con los datos de este área experimental que les sirve de punto de partida, ya que se trata de "una de las bases de datos más amplias que hay en estos momentos en el mundo para definir parámetros del suelo aplicando imágenes", según ha declarado a DICYT Nilda Sánchez.


La idea es correlacionar los datos que se pueden obtener sobre el terreno por métodos clásicos y los que proporcionan los satélites. Por ejemplo, para medir la humedad cuentan con 25 sondas enterradas a diferentes profundidades, de manera que obtienen datos de esta forma clásica y los pueden comparar con los que se desprenden de las imágenes de los satélites, y así cuentan, en definitiva, con dos bases de datos diferentes. Este grupo lleva trabajando con los satélites desde 2005, un sistema que también cuenta con limitaciones, puesto que sólo es capaz de penetrar en la tierra unos cinco centímetros, de manera que en el ejemplo anterior la medición tradicional no sólo es complementaria, sino aún necesaria.


Diferentes cultivos


Todas las conclusiones que sacan tienen como principal aplicación la agricultura y el seguimiento de parámetros ambientales en ella implicados. La zona en la que realizan estos estudios se caracteriza por tener cultivos de secano y estas mediciones pueden arrojar datos sobre su idoneidad, rendimiento y producción de acuerdo con las condiciones del suelo. Predominan los cereales, pero también hay regadío, leguminosas y una importante zona vitivinícola que forma parte de la Denominación de Origen de Toro. Una de las posibles aplicaciones de esta tecnología es la optimización del agua en los regadíos, tras medir factores como la humedad del suelo y la ambiental.


Desde 800 kilómetros de altura, los satélites obtienen una resolución de tanta calidad que permite hacer diferenciaciones en el espacio de unos pocos metros. La técnica con la que se obtienen las imágenes puede ser la de microondas, que mide la humedad, o la de infrarrojos, que también se basa en ondas electromagnéticas, de mayor longitud de onda que la luz visible, pero menor que las microondas, y que sirven para determinar los estados de la vegetación. Los satélites que intervienen en este proyecto, y que cuentan por lo tanto con este tipo de sensores, son el Spot, el Envisat , el Chris/Proba y el futuro SMOS, todos de la ESA.

 

La teledetección, abierta a varias disciplinas 
La agricultura es una de las áreas donde hay grandes aplicaciones de los sistemas de teledetección, pero las posibilidades que ofrecen los sensores ubicados en los satélites abarcan disciplinas muy variadas y permiten analizar fenómenos muy diversos. La Botánica, la Física o la Geología se pueden aprovechar de las posibilidades que ofrece esta técnica basada en que la superficie terrestre y cualquier objeto de la misma emite un espectro electromagnético en función de sus propias características o de las radiaciones que recibe, lo que se puede capturar en imágenes a través de ondas electromagnéticas que "ven lo que nuestros ojos no ven", en palabras de Nilda Sánchez. Sin embargo, es imprescindible una gran especialización por parte de los investigadores y que la información del satélite sea procesada por programas informáticos que sirvan para interpretarlas.