El Centro del Cáncer incorporará un microscopio que permitirá investigar con células vivas
JPA/DICYT El Centro de Investigación del Cáncer (CIC) de Salamanca incorporará próximamente a sus equipos un nuevo microscopio que permitirá a los científicos trabajar con células vivas. Se trata de un microscopio de fluorescencia para la monotorización in vivo, un instrumento utilizado en investigaciones biológicas moleculares y celulares con el que aún no contaba este centro dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y que supondrá un avance para estudios de largo recorrido.
Esta adquisición permitirá, por ejemplo, "seguir la evolución de una muestra por la noche, tomando fotografías cada cierto tiempo, algo muy importante, porque un científico no puede realizar ese seguimiento durante horas", ha explicado a DICYT Felipe Pimentel, investigador Ramón y Cajal y coordinador de la sección de Celómica del CIC. La diferencia está en el hecho de que cuenta con una cápsula en la que se mantinen las muestras en las condiciones de temperatura y humedad deseadas, para lograr la supervivencia de las células y de sus componentes. Estos microscopios de fluorescencia son una evolución de los microscopios de luz ultravioleta, que utilizan este tipo de luz para medir la radiación electromagnética que emiten las células y con ello analizar diferentes parámetros.
Uno de los mejores
Al margen de la nueva adquisición, aprobada ya por el CSIC con un presupuesto de 130.000 euros, el Centro del Cáncer cuenta en la actualidad con tres tipos de microscopios, clasificados fundamentalmente en función de su capacidad. Por una parte, están los de bajo aumento, utilizados para visionar células en cultivo y que no permiten obtener imágenes subcelulares, es decir, con ellos no se pueden analizar partes más pequeñas que la célula. Por otra parte, existe un grupo de cinco microscopios en el CIC que se diferencia básicamente en que ofrece una mayor resolución, de manera que sí posibilitan el análisis subcelular.
Finalmente, el microscopio más potente con el que cuenta en la actualidad el Centro del Cáncer es el confocal, un avanzado instrumento que permite obtener imágenes tridimensionales de la célula, para lo que utiliza un láser en lugar de la luz ultravioleta. "Permite seccionar lo que se ve en planos muy finos, es como cortar la célula en lonchas", comenta Felipe Pimentel. Este aparato, permanentemente conectado a un ordenador que interpreta las imágenes obtenidas, permite hacer un barrido de la muestra por todo su volumen, creando imágenes bidimensionales que son interpretadas por un potente ordenador, capaz de generar una imagen tridimensional si es necesario. Este sólo cuenta con un microscopio confocal debido a su alto coste y, de hecho, su número es escaso y sólo se pueden encontrar en las instituciones más punteras en investigación.