La contaminación urbana, a examen en Valladolid

Marta Dompablo/DICYT El Museo de la Ciencia de Valladolid ha acogido esta mañana una jornada titulada Contaminación Urbana y Tráfico. Pensando en ciudad, pensando en Valladolid en la que diversos especialistas han abordado desde la emisión de contaminantes por vehículos diésel y gasolina, a la gestión de la calidad del aire y la formación de ozono en las ciudades del Sur de Europa. Una de las conclusiones presentadas durante la misma destaca que el origen de la contaminación urbana se debe en un 80% al tráfico. El encuentro ha estado organizado por la Asociación y el Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Valladolid en colaboración con el Ayuntamiento de la ciudad.

La directora del Instituto de Estudios del Transporte de la Universidad de Leeds (Reino Unido), Margaret Bell, ha explicado que según los resultados de un estudio realizado por dicha institución académica el "origen de la contaminación en las ciudades es en un 80% debida al tráfico". Además, también ha subrayado que "los modelos de calidad del aire que explican la dispersión de contaminantes, en cambio no analizan la gran variedad de datos que se manejan en la realidad", por lo que ha abogado por la implementación de "un modelo de predicción de los contaminantes basado en datos reales".

Por otro lado, el director de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de la Universidad de Valladolid y director de la Fundación Cartif, José Ramón Perán, ha impartido una ponencia sobre la aportación de los vehículos a la contaminación desde el punto de vista de la combustión de los motores. En este proceso intervienen tres factores: el combustible, el avance tecnológico de los motores, y los sistemas de depuración de humo que se encuentran en los tubos de escape de los vehículos.

"Ha habido un avance extraordinario desde el punto de vista de la tecnología de los motores, tanto en diésel como en gasolina, y se ha producido un avance aún más extraordinario en los sistemas de depuración de los gases que se expulsan con los filtros catalíticos", ha indicado a DICYT. Estos sistemas se han vuelto cada vez más complejos por dos cuestiones: para filtrar las partículas sólidas que se expulsan fundamentalmente en los vehículos diesel pero también en los de gasolina, así como los componentes nocivos como los óxidos de nitrógeno y de azufre.

Laboratorio de ensayos

Además, el director del Área de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible del Ayuntamiento de Valladolid, Luis Salvador, ha repasado los modelos de gestión de calidad del aire puestos en marcha en Valladolid y los resultados. En este sentido ha asegurado que en 2006 se solicitó de la Entidad Nacional de Acreditación (ENAC) de la Red de Control de la Contaminación Atmosférica de Valladolid, a lo que ha añadido que se espera que en el presente ejercicio se realice su auditoría previa para la acreditación de la citada red como laboratorio de ensayos.

En la jornada también ha participado el ingeniero industrial y director de la Sociedad Estudios P&G, Francisco García-Blanch, quien ha explicado las peculiaridades de la legislación española, europea y de Estados Unidos, así como las posibles soluciones a nivel municipal. En su intervención ha precisado que un 20% del parque actual de vehículos podría ser el responsable de hasta el 80% de las emisiones de contaminantes debidas al tráfico. Así en España podrían existir 2 millones de vehículos altamente contaminadores que circulan sin ningún tipo de control efectivo sobre las emisiones que producen, dado el sistema normativo vigente.

Red de Control de la Contaminación Atmosférica

La Red de Control de la Contaminación Atmosférica de Valladolid surgió en 1980 con 14 estaciones manuales de medida de dióxido de azufre (SO2), dióxido de nitrógeno (NO2) y partículas en suspensión totales (TSP). En 1990 se puso en funcionamiento la red actual automática con siete estaciones de medida de SO2, NO/NO2, monóxido de carbono (CO), ozono (O3) y partículas en suspensión PM10. Una década después se incorporaron cuatro monitores de ruido y, finalmente, a lo largo de este ejercicio se prevé comenzar a medir el benceno, tolueno y xileno.