El geólogo Manuel Llamas apuesta por el uso de nuevas tecnologías para optimizar la gestión del agua
JPA/DICYT Las nuevas tecnologías están contribuyendo a optimizar la gestión del agua en todo el mundo, según el doctor Manuel Ramón Llamas Madurga, que esta noche impartirá una conferencia en el Centro Internacional de Tecnologías Avanzadas (CITA) de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez de Peñaranda de Bracamonte. Las técnicas de desalación, la extracción de aguas subterráneas con bombas de turbina, los satélites con sensores remotos y los Sistemas de Información Geográfica (SIG) dibujan un panorama mucho menos catastrófico de lo que se suele vaticinar, según este profesor vallisoletano de la Universidad Complutense de Madrid.
En declaraciones a DICYT, Llamas Madurga ha explicado la multitud de cambios que se están produciendo en la manipulación del agua. "No hay escasez de agua, sino una mala gestión, pero esto está mejorando", afirma. En el caso de España, las causas de los conflictos son dos, según el profesor, "las subvenciones perversas para instalaciones hidráulicas y la caótica situación de las aguas subterráneas", debido a la falta de control de su explotación. En su opinión, en Castilla y León no existen problemas de agua, pero en otras regiones, como Murcia, la desalación y el riego por goteo van a resultar fundamentales en el futuro.
Precisamente, España se encuentra entre los países más avanzados en técnicas de ahorro de recursos hídricos, como puede ser el riego por goteo, y casi un 10% del agua potable procede de plantas desaladoras, según los datos de Llamas. En ese sentido, el único problema es que la utilización de agua desalada para la agricultura resulta excesivamente cara. La explotación de aguas subterráneas es una de las alternativas, ya que se ha producido una "revolución silenciosa" con la llegada de las bombas de turbina, que posibilitan la extracción de importantes caudales a grandes profundidades.
Información de los satélites
Pero las nuevas tecnologías pueden aportar cada nuevas alternativas. Los satélites recopilan datos que pueden resultar muy beneficiosos para la gestión del agua, ya que permiten a través de sensores remotos "realizar fotos que miden las radiaciones e indican cómo cambian los usos de la tierra", lo que sirve para abordar el problema de los regadíos, ya que con esta tecnología puede saberse con exactitud qué superficies se riegan y en qué cantidad. Todo ello aplicado a los Sistemas de Información Geográfica (SIG o GIS, en su acrónimo inglés) posibilita conocer mejor qué políticas sobre la utilización del agua se deben aplicar en cada territorio, ya que el SIG es una herramienta de datos alfanuméricos en la que se integran un gran número de bases de datos para ser consultadas y cruzadas entre sí.
Además, otros avances que no tienen una relación directa con la gestión del agua, también contribuyen a un mayor ahorro. Por ejemplo, el desarrollo de los transportes y del comercio mundial hace que para un país del tercer mundo resulte mucho más barato comprar ciertos cultivos que derrochar agua en producirlos por sí mismo.
Con todos los avances científicos y tecnológicos en el campo de la gestión del agua, Llamas asegura ser optimista sobre el futuro del agua " en contra de los predicadores de desgracias que dicen que el mundo va a pasar sed", señala. La conferencia del CITA aborda precisamente Los aspectos éticos de los conflictos del agua, dentro del Ciclo de Lecciones de Ciencia y Ética 2007. El primer ponente de este año, Manuel Ramón Llamas Madurga, es doctor en Ciencias Geológicas, doctor Ingeniero de Caminos, catedrático emérito de Hidrogeología en la Universidad Complutense, académico de la Academia Europea de Ciencias y Artes y de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales.