Los megaherbívoros introducidos no tienen mayor impacto que los nativos sobre las comunidades de plantas
CONICET/DICYT ¿Podría un ecólogo extraterrestre determinar qué megafauna es nativa o introducida, en un determinado ecosistema, en función de sus impactos reales? Esa es la pregunta inicial del artículo titulado “Los rasgos funcionales, no la natividad, determinan los efectos de los grandes mamíferos herbívoros en las comunidades de plantas”, publicado por la prestigiosa revista Science.
Patricio Pereyra, investigador del CONICET en el Centro de Investigación Aplicada y Transferencia, Tecnológica en Recursos Marinos Almirante Storni (CIMAS, CONICET), participo de la investigación internacional, que fue encabezada por el científico Erick Lundgren, de la Universidad de Aarhus (Dinamarca).
Los grandes herbívoros dan forma a los ecosistemas al consumir vegetación, dispersar semillas y crear perturbaciones. “Lo que se evaluó en este estudio es cuál es el efecto sobre la diversidad y la abundancia de las plantas nativas y exóticas, de los herbívoros de más de 45 kilos. Esto se hizo a nivel mundial, con un metaanálisis de aproximadamente 4.000 registros de efectos de estos mamíferos en la abundancia y diversidad de plantas terrestre, recopilados de 221 trabajos”, explica Pereyra. Los especialistas no encontraron diferencias entre los impactos de los megaherbívoros introducidos y los nativos ni evidencia de impactos mediados por la historia evolutiva de las especies.
Por su parte, Lundgren indica que “lo que sí encontramos es que los factores ecológicos, particularmente los rasgos funcionales, moldean los efectos de la megafauna en las plantas, independientemente de su naturaleza nativa. Por ejemplo, los herbívoros más grandes y aquellos con hocicos más grandes tendieron a aumentar la diversidad de plantas. El ancho del hocico es un indicador de la selectividad dietética. Los ciervos, por caso, muestran una dieta más selectiva dado el tamaño de sus hocicos y comen las plantas que prefieran, mientras que especies más generalistas, como los búfalos, son físicamente incapaces de ser selectivos y, por lo tanto, tienden a consumir las plantas dominantes. Nuestros resultados sugieren que la naturaleza nativa es menos importante de lo que generalmente se considera, al menos para especies como la megafauna, y que las explicaciones ecológicas pueden proporcionar más conocimientos teóricos y prácticos, por ejemplo, sobre cómo debemos responder a los conflictos de conservación con la megafauna”.
A modo de conclusión, el investigador del CONICET asegura que “esto un poco va en contra del dogma dominante en la ciencia de las invasiones, de que las especies nativas se comportan de una forma y las especies no nativas se comportan de otra. La verdad es que parece que se comportan iguales, al menos en lo que respecta a megaherbívoros”.