Nuevos fármacos y tecnologías abren la posibilidad de mejorar la vida de los pacientes con migraña
DICYT La migraña es la enfermedad neurológica más común, según los datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), ya que afecta a más de un 12% de la población, unos cinco millones de españoles. Por eso, el Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca (IBSAL) ha incluido este tipo de dolor de cabeza dentro de la campaña 12 MESES CUIDÁNDOTE (#12mesescuidandoT), que trata de acercar a la población la investigación sanitaria y de que los profesionales de la salud estén al día de las últimas novedades.
En ese contexto, Valladolid ha acogido esta tarde la jornada ‘Migraña. Sus causas y consecuencias’, dedicada específicamente a mostrar avances relacionados con este problema. Por el Salón de Actos de la Consejería de Sanidad han pasado varios profesionales que han mostrado cómo los fármacos y la tecnología empiezan a cambiar la vida de los pacientes.
Predecir el ataque
Ana Gago, neuróloga del Hospital Universitario de La Princesa, en Madrid, y miembro de la startup BrainGuard investiga sobre cómo predecir un ataque de migraña. “El dolor de la migraña es muy intenso y cambia radicalmente la vida de los pacientes, así que nuestro objetivo es poder anticiparnos y suministrar un tratamiento precoz”.
Hasta ahora, se han intentado estudiar los síntomas premonitorios, que en parte pueden ser reconocidos por el propio paciente, pero “esto tiene unas limitaciones porque no todos los afectados presentan estos síntomas ni son fáciles de identificar, porque resultan bastante inespecíficos”. Por ejemplo, fatiga, rigidez en la nuca o cambios de apetito son algunos de los síntomas que pueden estar relacionados con la posterior aparición del dolor de una crisis de migraña.
Por eso el grupo de investigación de Ana Gago se puso a trabajar en la detección anticipada de estos ataques de una manera objetiva, a través de un dispositivo tecnológico. “Tenemos una patente y estamos intentando conseguir financiación para hacer experimentos a gran escala”, explica. Aún está en desarrollo, pero la idea es que sea portátil, sencillo y manejable, de manera que se pueda llevar en forma de pulsera o brazalete. “Registra unas variables hemodinámicas concretas que no están disponibles de forma conjunta, en las pulseras o relojes inteligentes comercializados hasta ahora”, apunta la neuróloga.
Saber por adelantado que se va a producir la migraña supone muchas ventajas. “Para empezar, implica que el paciente tiene un mayor control de la enfermedad. Si sabes que en una hora vas a tener el dolor, ya te organizas o cambias de planes”, comenta. Pero además, en un futuro, “si validamos los resultados y vemos que son aplicables a todos los pacientes con migraña, se hará un ensayo dirigido para ver si dar el tratamiento de forma precoz evita el inicio del dolor o lo puede mitigar”. Algunos estudios así lo indican y llegar a evitar el dolor por completo sería lo ideal.
La intervención de Ana Gago se enmarcó dentro de una primera mesa dedicada a la innovación en migraña desde diversos puntos de vista, que se completó con la participación de otros tres investigadores. El director científico del IBSAL, Rogelio González Sarmiento, abordó el papel que puede tener la epigenética en la génesis y el mantenimiento de este problema. Por su parte, Javier Gómez Pilar, ingeniero de telecomunicaciones del Grupo de Ingeniería Biomédica (GIB) de la Universidad de Valladolid (Uva), se acercó a las posibilidades de entender el cerebro a través de la teoría de grafos. Finalmente, David García Azorín, neurólogo del Hospital Clínico Universitario de Valladolid, abordó la posibilidad de que se abran nuevos caminos en el tratamiento de la migraña.
Nuevos tratamientos
En una segunda mesa, titulada ‘Mirando al paciente’, también se habló de nuevas terapias. En concreto, Ángel Guerrero, neurólogo del Hospital Clínico Universitario de Valladolid y profesor asociado de la Facultad de Medicina de la UVa, intervino para hablar de tratamientos preventivos y recién aprobados en España. “El tratamiento preventivo es el que intenta disminuir el número de días al mes de dolor de cabeza. Son fármacos nuevos que tienen un coste para la sociedad, que tienen un buen perfil de seguridad, aunque habrá que observarlos en los próximos años, y que están específicamente diseñados para el tratamiento preventivo de la migraña”, explica.
Hasta ahora los especialistas han estado trabajando con medicamentos que estaban indicados para otras patologías pero que se utilizaban también en migraña. Sin embargo, “los nuevos fármacos han sido diseñados para actuar sobre una vía metabólica concreta que tiene mucho que ver con la migraña”. Por el momento, los resultados son heterogéneos. “A algunos pacientes les ayudan más y a otros, menos; pero para un buen porcentaje de personas que sufren migrañas puede ser una buena forma de mejorar su calidad de vida”. En este sentido, “éste es un paso en la dirección de la medicina personalizada”.
Esta segunda mesa de la tarde contó también con la presencia de Isabel Colomina, presidenta de la Asociación Española de Migraña y Cefalea (AEMICE), que presentó el atlas de la migraña en España; y Ana Belén Caminero, neuróloga del Hospital Virgen de Sonsoles de Ávila, que habló sobre el estilo de vida y el tratamiento sintomático.
La jornada, organizada por la Unidad de Innovación del IBSAL, ha contado con el apoyo de SACYL, la Universidad de Salamanca, el CSIC, la Junta de Castilla y León, AEMICE, Novartis y Sandoz. La campaña 12 MESES CUIDÁNDOTE, del IBSAL, se centra este mes en las neurociencias y específicamente en la migraña, con la celebración de diversas jornadas, tanto para profesionales como para pacientes y público en general en varias provincias de Castilla y León.