Descubren fósiles del fémur de un perezoso que pudo alcanzar los cinco metros de altura
Agencia CTyS-UNLaM/DICYT Es el ejemplar más grande que se haya descubierto en Argentina. En vida, pudo haber alcanzado hasta cinco metros de altura en posición erguida, en tanto que su masa corporal superaba las cuatro toneladas. El fragmento del fémur hallado pesa 42 kilos.
El investigador Luciano Brambilla de la Universidad Nacional de Rosario comentó que “el fémur, parcialmente conservado, es más grande, incluso, que los fémures que se conocen de los Megatherium, que son los representantes más típicos del Pleistoceno de la región pampeana”.
Pero es aun más llamativa la talla de este ejemplar si se lo compara con los miembros del grupo al cual pertenece, los Pyramiodontherium, a los que duplica en tamaño.
“La antigüedad de este animal es otro aspecto importante, porque extiende al menos dos millones de años hacia el presente la existencia de este grupo”, destacó el doctor Brambilla, quien presentó este ejemplar a la comunidad científica en las XXXII Jornadas Argentinas de Paleontología desarrolladas en Corrientes.
El especialista valoró que “además de ser mucho más joven que los restos conocidos hasta ahora, los restos descubiertos previamente provenían de La Rioja, Catamarca, Entre Ríos y Chubut, por lo que es interesante también el haber encontrado un representante de este grupo en la región pampeana”.
El gigantismo del Ensenadense
Este perezoso no fue el único gigante que habitó la región pampeana hace unos 700 mil años. Por ejemplo, en 2011, el paleontólogo Leopoldo Soibelzon presentó en sociedad al oso más grande todos los tiempos, el cual fue descubierto en La Plata y vivió hace unos 780 mil años.
Brambilla relató que “ya hace unas décadas, se propone una teoría conocida como ‘el gigantismo del Ensenadense’, momento en el que muchos animales, como por ejemplo los gliptodontes y los perezosos, alcanzaron las mayores tallas de toda su historia evolutiva”.
“Una de las explicaciones que se dan para este fenómeno es que, hace unos tres millones de años, a partir de que emergiera el istmo de Panamá y quedaran unidas las américas, se produjo lo que se conoce como el gran intercambio biótico americano, por el que arribaron grandes predadores carnívoros de Norteamérica a la región pampeana, por lo que la respuesta evolutiva de los herbívoros de Sudamérica que nunca se habían enfrentado a estos grandes carnívoros fue aumentar de tamaño”, explicó el investigador de la UNR.
A su vez, ante el aumento de talla de los residentes locales, los inmigrantes carnívoros tuvieron que aumentar de tamaño para poder cazarlos.
Por otra parte, Brambilla indicó que “es aventurado tratar de determinar cuánto pudo haber medido este perezoso gigante en vida, pero, basándonos en lo que medían los megaterios, en una postura erguida, podría haber alcanzado los cuatro metros y medio, cinco metros como mucho”.
El experto precisó que “pese a ser el perezoso más grande de Argentina, en países de latitudes bajas como Venezuela, hay registros de especímenes aun más gigantescos”.
En tanto, Brambilla observó que “al tener solamente parte del fémur de este ejemplar, no se puede asegurar que se pudiera parar en dos patas, pero si extrapolamos lo que conocemos de otros animales emparentados, se creería que sí; lo mismo respecto a su forma de alimentación: no tenemos su cráneo, pero lo más probable es que se alimentara comiendo de la copa de los árboles”.
Sin embargo, a partir de la observación del fósil rescatado, se puede reconocer una modificación respecto a los Pyramiodontherium más antiguos. “La parte del fémur donde va ubicada la rótura se encuentra menos marcada en el ejemplar de 700 mil años y esa diferencia se debe seguramente a que tenía un mayor tamaño y una locomoción más lenta”, detalló Brambilla.
Hallazgo a 170 kilómetros de la Capital Federal
El hallazgo se produjo a mediados del año pasado a mediados de año y, a partir de entonces, se realizó la limpieza de la tosca que rodeaba al fémur y el estudio del fósil.
El director del Museo de San Pedro José Luis Aguilar precisó a la Agencia CTyS-UNLaM que el descubrimiento se realizó a cuatro kilómetros de la respectiva ciudad, en una cantera perteneciente a la familia Iglesias.
“Cuando las máquinas de dicha tosquera llegan a unos 9 metros de profundidad del nivel del suelo actual, empiezan a romper lo que sería un antiguo pantano que existió hace unos 600 mil, 700 mil años”, describió.
“En ese sedimento que alguna vez fue un barro pegajoso y hoy está consolidado en forma de tosca, quedaron atrapados muchos animales; sobre todo, era una especie de trampa natural para los animales de tallas medias a grandes”, contó Aguilar. Y especificó: “En ese mismo pantano, hace poco, encontramos una familia de armadillos gigantes y, ahora, apareció esta bestia de más de 4 mil kilos”.
El fémur rescatado de este perezoso gigante reside en el Museo de San Pedro. En tanto, su director señaló que “en la zona de San Pedro, tenemos 24 sitios de donde hemos encontrado fósiles en los últimos 20 años; y, de esos 24 lugares, hay dos que son los más importantes: uno es campo Spósito, ubicado a unos ocho kilómetros del casco urbano; y el otro es esta cantera ubicada a cuatro kilómetros donde ahora encontramos este gigante”.