La ciencia busca soluciones para los problemas de la dehesa
JPA/DICYT El Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología de Salamanca (IRNASA) dará a conocer hoy en la feria agropecuaria Salamaq’16 sus investigaciones relacionadas con la dehesa como ecosistema y las posibilidades que ofrece la Finca Experimental Muñovela, un espacio que está a disposición de científicos, profesionales del campo y empresas que quieran realizar ensayos en condiciones reales de campo.
Ignacio Santa Regina hablará de lo que puede aportar la ciencia a la sostenibilidad de la dehesa salmantina. “Es un ecosistema antrópico, es decir, producido por el hombre mediante la reducción del arbolado y hay razones para defenderlo”, destaca en declaraciones a DiCYT. La dehesa se enfrenta a problemas como la enfermedad conocida como “la seca” de la encina, que parece estar producida por un oomiceto llamado Phytophthora.
En este sentido, el IRNASA desarrolla un proyecto de investigación en la Finca de Castro Enríquez de la Diputación de Salamanca que podría estar en vías de hallar una solución: la simbiosis entre la trufa negra y las encinas. Habitualmente, las encinas se asocian con hongos conocidos como micorrícicos o micorrizas, que le proporcionan ciertas ventajas, y uno de ellos es la trufa negra o trufa de Perigord (Tuber malanosporum). Su presencia favorece la supervivencia de la encina debido principalmente a que aumenta el desarrollo de sus raíces, lo que facilita la entrada de agua y componentes minerales. Además, la presencia de la trufa podría servir para inhibir la acción de Phytophthora y, por lo tanto, ayudar a combatir “la seca”. Por el momento, la investigación sigue en marcha, pero va camino de ofrecer conclusiones muy interesantes tanto para los científicos como para los profesionales del campo.
Conservar la dehesa es importante porque este ecosistema ha logrado un equilibrio entre su explotación y su recuperación. “Mantener la dehesa supone que, al mismo tiempo que se protege la biodiversidad, se saca un rendimiento económico de suelos ácidos que son muy pobres, lo cual ayuda a mantener población rural”, destaca.
En la jornada de hoy también intervienen los investigadores responsables de la Finca Experimental de Muñovela, propiedad del IRNASA situada en el municipio de Barbadillo, que está a disposición de científicos y empresas que necesitan realizar ensayos. Raquel Arroyo, ingeniera agrónoma, pondrá algunos ejemplos de proyectos desarrollados en los últimos tiempos, por ejemplo, ensayos sobre fertilizantes realizados por la empresa Fertinagro.
Los investigadores del propio IRNASA son los primeros en utilizar la finca para líneas de investigación muy diversas, como el comportamiento de productos agroquímicos, la inoculación de hongos que puedan resultar beneficiosos para los cultivos o la evolución de los terrenos que dejan de dedicarse al cultivo o a pastos, entre otros. Los científicos esperan contar próximamente con nueva maquinaria y equipamiento que les permitan ampliar y mejorar los trabajos que realizan.
Además, en la finca también se lleva a cabo investigación ganadera. José Luis Hernández Mulas, veterinario del IRNASA, explicará proyectos como el de localización mediante dispositivos GPS de las vacas de raza morucha, una iniciativa del Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (ITACyL) que ha aportado mucha información sobre el comportamiento de estos animales.
Asimismo, los investigadores de este centro del CSIC están embarcados en un proyecto que pretende aumentar la fertilidad del ganado vacuno extensivo en el que participan varios científicos y empresas, y en otro que estudia la alimentación animal en colaboración con la cooperativa salmantina COPASA.