Un test permite detectar anticuerpos contra el virus del Zika
Agência FAPESP/DICYT Científicos del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Universidad de São Paulo (ICB-USP), en Brasil, desarrollaron un test capaz de diagnosticar la presencia de anticuerpos específicos contra el virus del Zika en muestras de sangre.
El grupo de científicos, integrado por Paolo Zanotto, Luís Carlos de Souza Ferreira y Edison Luiz Durigon, integra la Red de Investigaciones sobre el Virus del Zika de São Paulo (Red Zika), una fuerza operativa creada a finales de 2015 con el apoyo de la FAPESP.
“Este test ayudará a aclarar la relación entre la infección por el virus y la microcefalia, pues nos indicará cuántas de esas madres han padecido efectivamente la enfermedad y si hay anticuerpos contra el virus en los bebés microcefálicos. Además nos brindará una noción acerca del verdadero tamaño de la epidemia y de cómo se está propagando por Brasil el virus”, sostuvo Durigon.
El grupo desarrolló un método destinado a producir la proteína NS1 del virus del Zika en forma recombinante, utilizando bacterias de la especie Escherichia coli genéticamente modificadas. Con esa proteína, fue posible adaptar un método inmunoenzimático conocido como ELISA (Enzyme-Linked Immunosorbent Assay), bastante utilizado en laboratorios de todo el mundo para el diagnóstico del Sida, la hepatitis y la rubeola, por ejemplo.
Según Durigon, el test se mostró capaz de detectar tanto los anticuerpos producidos en la etapa aguda de la infección (IgM) como aquéllos que confieren la protección permanente contra el virus (IgG). La validación se llevó a cabo con muestras de pacientes de São Paulo y también de mujeres del municipio de Itabaiana (estado de Sergipe), una ciudad con uno de los más altos índices de microcefalia de Brasil con relación al tamaño de su población.
Esta metodología permitió confirmar que la mayoría de las ocho madres de bebés microcefálicos de la ciudad mencionada son seropositivas para el virus del Zika, al igual que sus hijos.
“Estos primeros test nos mostraron que el método es específico: no hay cruzamientos con anticuerpos contra el dengue o la fiebre amarilla, que era nuestra gran duda. Ahora debemos ver de qué manera funcionará en la vida real. Ya estamos en contacto con la Fiocruz y con el Instituto Adolfo Lutz para que lo prueben en sus pacientes”, comentó Durigon.
Según el investigador, el grupo no pretende patentar la metodología y ni tampoco transformarla en un kit comercial. La propuesta consiste en distribuir gratuitamente la proteína recombinante: inicialmente iría a todos los centros que integran la Red Zika, y en poco tiempo más, a la red pública de salud.
“El Instituto Butantan, en asociación con el Instituto de Investigaciones Tecnológicas (IPT, por sus siglas en portugués), producirá la proteína NS1 a gran escala. Inicialmente, estimo que se la utilizará en una población de mayor riesgo: las gestantes. Cuando el Butantan logre producir en mayor cantidad, será posible distribuirla para todos los laboratorios de la red pública del país. Creo que eso será rápido”, opinó Durigon.
Según el investigador, aún no existe en el mercado nacional otra técnica capaz de suplir esa demanda. “Existen algunos métodos importados que están llegando, y en algunos kits se usa incluso la misma proteína que utilizamos en nuestro test. Pero sería carísimo para el país comprarlos”, dijo Durigon.
La prioridad
En una reunión realizada en la sede de la FAPESP el pasado 16 de febrero, los miembros de la Red Zika señalaron que el desarrollo del test serológico constituye la prioridad de la investigación del grupo.
“Hasta ahora ni siquiera podíamos estar seguros de que existía una epidemia, pues no contábamos con una manera de medir la cantidad de casos ni de saber de qué manera está circulando el virus. Por eso la cuestión del diagnóstico se planteó como prioritaria”, recuerda Durigon.
Estaban disponibles hasta entonces sólo test moleculares tipo PCR en tiempo real, capaces de diagnosticar el ADN del virus en secreciones corporales durante los primeros cinco días de infección.
“Esos casos agudos constituyen tan sólo la punta del iceberg. Los pacientes que desarrollan un cuadro leve pueden tardar más de una semana para consultar a un médico. Llegado ese momento, ya no tendrán más PCR positivo, pero sí IgM positivo”, explicó Durigon.
Aparte de indicar cuántas de las madres con hijos microcefálicos padecieron la enfermedad, el test permitirá descubrir cuántas gestantes se encuentran actualmente infectadas, con lo cual hará también posible la realización de un seguimiento minucioso, y la oferta de una asistencia adecuada.
“Los hemocentros también podrán utilizar el test para hacer un tamizado y ver cuántas personas asintomáticas están donando sangre. Y qué porcentaje de donantes ya se infectó en el pasado, tal como se hace actualmente con la hepatitis y con el VIH”, añadió Durigon.