Analizarán los beneficios del ejercicio físico durante los brotes de Esclerosis Múltiple
Cristina G. Pedraz/DICYT La Esclerosis Múltiple (EM) es una enfermedad crónica y neurodegenerativa del sistema inmune. Actualmente, tiene una prevalencia de entre 50 y 70 casos por cada 100.000 habitantes en España, lo que sitúa al país en una franja de prevalencia media-alta a nivel mundial. En los últimos años, los profesionales sanitarios están observando un aumento de la prevalencia sobre todo en el género femenino. Además, hay que tener en cuenta que es una enfermedad que afecta a la gente joven, puesto que el diagnóstico se suele realizar entre los 20 y los 50 años, constituyendo la segunda causa más importante de discapacidad entre jóvenes europeos.
Investigadores del Servicio de Neurología del Hospital Clínico Universitario de Valladolid pondrán en marcha un estudio para comprobar los beneficios del ejercicio físico con estimulación vibratoria durante los primeros brotes de Esclerosis Múltiple.
Como explica en palabras recogidas por DiCYT Patricia Mulero, miembro del Servicio de Neurología del Hospital Clínico Universitario de Valladolid, hasta en un 85 por ciento de los casos la enfermedad se desencadena en forma de brotes, episodios de disfunción neurológica reversible, completa o incompletamente, producidos por un trastorno inflamatorio a nivel de Sistema Nervioso Central.
“En esta fase inicial todavía hay mecanismos compensatorios y capacidad de remielinización, lo que hace que la discapacidad sea reversible”, apunta la experta, quien recuerda que es en una fase posterior “en la que se produce un acúmulo progresivo de discapacidad, un proceso de neurodegeneración en la que los mecanismos iniciales de compensación y remielinización se pierden”, mientras que la relación existente entre estos dos procesos de la enfermedad, los brotes y la progresión, “no está claro del todo”.
Los fármacos disponibles hoy en día para tratar la enfermedad permiten controlar los brotes y parecen ser menos efectivos a la hora de controlar la progresión de la enfermedad. Sin embargo, “estudios epidemiológicos y prospectivos hacen hincapié en que los brotes son importantes, una de las causas más significativas de la discapacidad futura, por lo que queremos subrayar la importancia de controlar y tratar el brote”, asegura Mulero.
Tratamiento de los brotes
El tratamiento que se realiza en la actualidad de estos brotes se basa en dosis altas de corticoides tanto por vía intravenosa como por vía oral, “a partir de la evidencia mostrada en los ensayos clínicos que demuestran que los corticoides acortan la duración del brote pero no modifican su pronóstico, es decir, la discapacidad final del brote”.
En cuanto al ejercicio físico, “hay pocos estudios al respecto y con importantes limitaciones metodológicas, pero parecen apuntar a que el ejercicio físico durante el brote, como terapia adyuvante a los corticoides, puede mejorar la discapacidad final que el brote cause”. Hasta hace algunos años, el ejercicio físico era desaconsejado a las personas con Esclerosis Múltiple porque se creía que empeoraban los síntomas, pero cada vez “son más evidentes los beneficios que puede ocasionar y actualmente existen guías y recomendaciones para estos pacientes”, relata la experta.
Entre otros mecanismos por los cuáles el ejercicio físico puede favorecer el estado de los pacientes con enfermedades autoinmunes y, en concreto, con Esclerosis Múltiple, se ha observado que el ejercicio aumenta la secreción de factores neurotróficos, proteínas que favorecen la supervivencia de las neuronas y que se relacionan con el pronóstico final del brote.
Diseño de la investigación
Con estas evidencias, los investigadores del Servicio de Neurología del Hospital Clínico Universitario de Valladolid plantean como hipótesis que el ejercicio físico como terapia adyuvante al tratamiento estándar esteroideo, producirá una recuperación más rápida y más completa del brote en comparación con la terapia estándar. Los investigadores también creen que el ejercicio físico originará un descenso en las proteínas inhibidoras de la mielina y favorecerá un aumento en la expresión de genes relacionados con los factores neurotróficos.
Para contrastar o refutar estas hipótesis, reclutarán 110 pacientes de la Unidad de Esclerosis Múltiple, todos ellos en fase remitente-recurrente y en brote, y establecerán dos grupos terapéuticos. A 55 de ellos se les administrará el tratamiento estándar y a otros 55 se les aplicará la terapia estándar y además ocho semanas de ejercicio físico sobre plataforma vibratoria. Para valorar los cambios que el ejercicio físico puede producir en estos pacientes, se realizarán diversos estudios al inicio del proceso, a los 30 y a los 60 días. En concreto, se llevarán a cabo estudios clínicos, radiológicos, biológicos, biomecánicos y un estudio oftalmológico en estos pacientes.
El trabajo se ha presentado durante las segundas Jornadas sobre Investigación Médica Traslacional que organiza la Unidad de Apoyo a la Investigación del Hospital Clínico Universitario de Valladolid.