TEC presenta primeros resultados del proyecto piel humana cultivada in vitro
TEC/DICYT El Tecnológico de Costa Rica (TEC), en conjunto con el Servicio de Cirugía Plástica y Unidad de Quemados del Hospital San Juan de Dios, realizó una serie de procedimientos exitosos para recuperar la piel de varios pacientes seriamente afectados. Estos resultados son producto de la investigación y desarrollo del TEC, realizados en el denominado proyecto de piel humana cultivada in vitro. Entre los casos, se pueden citar uno por mordedura de serpiente, un quemado por descarga eléctrica, dos personas con úlcera profunda y un paciente con osteosarcoma, el cual, por el proceso canceroso perdió el músculo y la arteria femoral quedó expuesta, por lo que se le aplicaron células de la piel.
Por ejemplo, en el caso del accidente ofídico, el paciente de 91 años corría el riesgo de perder el brazo, pues el tendón quedó expuesto, no obstante, con la colocación de las células cultivadas, se le pudo salvar. Hasta ahora, este es el primer caso de este tipo reportado en la literatura médica.
La máster Maritza Guerrero, investigadora del Laboratorio de Ingeniería Tejidos del Centro de Investigación en Biotecnología del TEC, explicó que entre las ventajas de este tipo de procedimiento están una mejor cicatrización, una reepitelización efectiva y una disminución de los costos asociados, y todo ello redunda en una mejor calidad de vida para los pacientes.
Para la Dra. Gisela Fonseca, cirujana plástica del Hospital San Juan de Dios esta técnica se puede aplicar en casos de enfermedades de la piel, tejido subcutáneo, quemaduras, infección post-traumática, úlcera en miembros inferiores y úlcera de presión. Además resaltó las ventajas para el paciente como la disminución del dolor causado por las curaciones, la calidad de la piel y disminución de las contracturas, que provocan muchas secuelas en los pacientes.
El procedimiento
Heridas mayores al 2% de la superficie total de la piel requieren injertos para sanar correctamente. Dichos injertos se pueden obtener de animales (xenoinjertos), de la misma persona afectada (autoinjertos) y de otros seres humanos (aloinjertos). En los casos mencionados se utilizó piel autóloga (del mismo paciente) o de un donante.
Antes de realizar el procedimiento, cada caso debe valorarse previamente por el equipo clínico tomando en cuenta la patología, la edad y desde luego teniendo la autorización del paciente. Se comienza con la toma de una biopsia de una zona sana de la piel.
Posteriormente, se procede a la introducción de la muestra en el laboratorio, la cual se separa en dos tipos de células (las de la dermis y la epidermis), para pasar a la tercera etapa: el mantenimiento y expansión de células por un período de dos a tres semanas. El cuarto paso es la elaboración del injerto, mezclando las células en un gel que se prepara a partir de componentes de la sangre.
Cuando el injerto está listo se le aplica al paciente seleccionado. El Servicio de Cirugía Plástica y Unidad de Quemados del Hospital San Juan de Dios registra la evolución del paciente, mediante un seguimiento y control constante.
Costa Rica no disponía de un material adecuado para el tratamiento de pacientes con afecciones cutáneas, que permita una verdadera reepitelización y una disminución en el tiempo de recuperación. Ahora, este tratamiento actúa como apósito biológicamente activo, interactúa con las células en el lecho de la herida, se promueve el proceso de cicatrización y una reepitelización más natural.
Esta es una técnica clínica ya utilizada en otros países y fue posible implementarla en Costa Rica, gracias al y esfuerzo trabajo conjunto de los funcionarios del TEC con colaboradores nacionales y extranjeros.
Experiencia exitosa
Roger Camacho Sánchez, tiene 37 años es vecino de Jicaral de Puntarenas, el 13 de setiembre del 2012 instalaba un transformador, accidentalmente cayó y recibió una descarga eléctrica de una línea primaria, esto le ocasionó quemaduras graves en un 50% de su cuerpo. Por el tipo de lesión fue recibido en la Unidad Nacional de Quemados ubicada en el Hospital San Juan de Dios. Luego de analizar su caso, se decidió colocarle injertos producidos de su propia piel cultivada de forma in vitro en el Laboratorio de Ingeniería de Tejidos del Centro de Investigación en Biotecnología del TEC. Roger explicó que él pudo observar cómo su piel se regeneraba y cómo el dolor desapareció.