Analizan cambios de estado e indicadores ambientales
UNA/DICYT Discutir cómo lograr un equilibrio entre los ecosistemas y los centros de población, con el fin de que las especies y los seres humanos puedan convivir en forma armoniosa, fue uno de los objetivos del seminario internacional Efecto de los cambios de estado sobre los servicios ambientales e indicadores de impacto. Rigoberto Rodríguez, director del Centro Mesoamericano de Desarrollo Sostenible del Trópico Seco de la Universidad Nacional (CEMEDE-UNA) explicó que muchos de los cambios de estado se generan por una cuestión propia de la naturaleza, la cual es muy dinámica y se encuentra sometida a cambios, como por ejemplo terremotos o erupciones volcánicas, que afectan las características de los suelos.
Aparte de los cambios naturales, Rodríguez comentó que existen los cambios antropogénicos, generados por el hombre hacia el medio ambiente como lo es el uso de los agroquímicos que provoca efectos directos sobre la biodiversidad, presentando la reducción de esta, calidad de las aguas y la extinción de especies, así como el inadecuado manejo de los desechos como la basura.
“En la región Chorotega varios ríos llevan cada vez menos agua más contaminada, muchos humedales han sido drenados con el fin de darle paso al desarrollo económico, disminución de las aguas superficiales y los mantos freáticos se encuentran a mayor profundidad, lo cual complica dificulta e incrementa el costo del agua potable para las familias, actividad agropecuaria e industrial”, recalcó Rodríguez.
Agregó, además, que existen otros factores directos de cambio que ocasionan un impacto que varía con el tipo de ecosistema y de cara al futuro es previsible que el cambio climático afecte en particular los ecosistemas más sensibles.
Rodríguez indicó que a pesar de esta realidad, existen opciones de mejora en contraste con los impactos antropogénicos negativos sobre los ecosistemas, ya que se observan tendencias que incluyen programas enfocados a usos más sustentables como la conservación y el aprovechamiento de vida silvestres, el ecoturismo, el pago de servicios ambientales y mejores programas de reforestación, entre otros.
Sobre los indicadores de impacto, Rodríguez detalló que son una herramienta para planificar y definir en forma más precisa objetivos e impactos, medidas verificables que le permite al investigador determinar si determinado ecosistema o especie ha variado en algún aspecto, por lo que a partir de ahí se pueden tomar acciones para corregir el problema o buscar una solución diferente.
Indicadores internacionales
En España, en el campo de la fragmentación paisajística y ecosistemas, se desarrollan indicadores que miden cómo se fragmenta un sistema; es decir, a partir de ellos se pueden elaborar modelos para determinar si las actuaciones del territorio causarán más o menos fragmentación, así lo explicó Vicent Bendito, especialista en ecosistemas de España.
“Si queremos construir una carretera modelamos dos casos hipotéticos, donde se plantean las dos alternativas de paso de esa carretera por el ecosistema, luego a partir de ahí se puede determinar cuál de las dos rutas fragmentó en mayor o menor cantidad el bosque. A la vez, dentro de estos modelos se puede valorar la instalación de estructuras de permeabilización a lo largo de las carreteras, tales como puentes elevados o pasos de fauna inferiores de manera que la ruta no sea una barrera sino muy permeable”, subrayó Benedito.
Recalcó que el tema de la fragmentación en Europa tiene mucho auge por lo que muchas naciones desarrollan modelos para predecir fragmentación ambiental, territorio y conectividad de sistemas que permitan que las poblaciones de fauna no se queden aisladas.
Benedito indicó que las medidas de mitigación para luchar contra la fragmentación territorial consisten en la permeabilización; es decir, aumentar la conectividad del paisaje para darle un funcionamiento ecológico, siempre y cuando se pueden eliminar las barreras generadas por la urbanización.
Por su parte, Alejandra Volpedo, investigadora del CONICET de Argentina, comentó que en materia de indicadores lograron pasar de ganadería extensiva a intensiva: en vez de tener las cabezas de ganado dispersas por los potreros, ubicarlas en una solo sección de la finca, con el resultado de pasar de una contaminación extensiva a una contaminación puntual y controlada.
Agregó que un estudio elaborado en el CONICET de Argentina determinó que los sistemas productivos intensivos no contaminan producto de la cantidad de animales metidos en una superficie, sino que contaminan por mal manejo. Destacó que otra de las medidas es depositar el alimento de las vacas en comederos de cemento, esto contribuye a que no se fertilice el piso con nutrientes de fósforo o nitrógeno.