La medicina transfusional española se adapta a los cambios demográficos
JPA/DICYT El 12% de la población española es inmigrante. Rumanía, Marruecos, Ecuador y Colombia encabezan el ranking de países con mayor número de emigrantes a nuestro país. Estos cambios demográficos están produciendo importantes variaciones en el perfil del donante de sangre en España y han llevado a los centros de transfusión a incorporar nuevas técnicas que incrementen la seguridad de los productos transfundidos y se adapten al panorama actual.
El impacto de los flujos migratorios en la medicina transfusional española es uno de los asuntos más destacados que se han abordado en la LIV Reunión Nacional de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH) y XXVIII Congreso Nacional de la Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia (SETH).
En este sentido, Isidro Prat, director del Centro de Transfusión de Málaga, ha destacado que "la facilidad de transmisión y propagación de algunas enfermedades endémicas autóctonas o que ya creíamos erradicadas hace imprescindible que haya un control férreo en el proceso de donaciones". Así, por ejemplo, "la población inmigrante de América Central y del Sur ha obligado a tomar medidas preventivas para evitar la transmisión de la enfermedad de Chagas, endémica en buena parte de esos países y ausente en España hasta hace unos años".
Según la información de la organización recogida por DiCYT, el objetivo de garantizar la seguridad y eficacia de las donaciones sanguíneas, los centros de transfusión han establecido criterios de exclusión para donantes de riesgo procedentes de zonas endémicas de paludismo. En este contexto, Prat ha explicado que "con el objetivo de prevenir el contagio de enfermedades, en España disponemos del Programa Estatal de Hemovigilancia y Biovigilancia, que recoge las reacciones transfusionales adversas, determina el estado de las enfermedades emergentes y permite adoptar medidas preventivas que repercuten positivamente en la seguridad transfusional".
A pesar de que los agentes infecciosos se desplazan con facilidad, Prat ha asegurado que "gracias a los actuales mecanismos de detección y a los análisis de última generación, el riesgo de contagio es mínimo". En este sentido, a través de los sistemas de vigilancia, todas las donaciones de sangre son analizadas de manera exhaustiva para detectar posibles enfermedades o anomalías que el donante pueda desconocer que padece, en cuyo caso es informado", ha matizado Prat.
Según el experto, "el estado de la medicina transfusional en España es excelente", destacando especialmente la posibilidad de extraer y transfundir componentes sanguíneos concretos, "algo que sin lugar a dudas tiene un gran efecto positivo en la medida en que pueden beneficiarse muchos más enfermos de una sola donación de sangre".
Trasplante de médula ósea
El trasplante de médula ósea o de precursores hematopoyéticos de origen distinto a las habituales donaciones procedentes de un hermano compatible, ha sido otro de los temas analizados por los hematólogos reunidos en Salamanca. En la actualidad, representa un arma terapéutica fundamental para algunos pacientes con leucemia, síndromes mielodisplásicos, mieloma múltiple y otras enfermedades hematológicas.
Esta técnica, que permite obtener células madre de la médula ósea, de sangre periférica o del cordón umbilical, permiten la curación de diversas enfermedades que no disponen de otras alternativas terapéuticas, ha explicado Enric Carreras, director del Registro Español de Donantes de Médula Ósea (REDMO).
El trasplante de médula ósea es la terapia más utilizada, realizándose más de 30.000 al año en Europa y más de 2.000 en España. En Castilla y León hay cerca de 6.000 donantes por 1.000.000 de habitantes, lo que sitúa a esta comunidad autónoma como la 5ª en el ranking en número de donantes en España.
Avances en el tratamiento del mieloma múltiple
En España se diagnostican anualmente cerca de 25 casos de mieloma múltiple por cada 100.000 habitantes, lo que supone aproximadamente la detección de 3.000 nuevos casos al año. Se trata del segundo tumor hematológico más frecuente. Esta patología implica la proliferación neoplásica de células plasmáticas (las que producen anticuerpos para defender al organismo de infecciones).
La incidencia de esta patología incrementa con la edad: el 65% son pacientes con más de 65 años. En el marco de la LIV Reunión Nacional de la SEHH y XXVIII Congreso Nacional de la SETH que se celebra estos días en Salamanca, el avance en el tratamiento de los mielomas múltiples será uno de los temas más destacados.
Diagnóstico y prevención
Detectar el mieloma a tiempo favorece el tratamiento de la enfermedad y aumenta la supervivencia de los pacientes. No obstante, los especialistas destacan también la importancia de la calidad del estudio diagnóstico antes de activar un plan de tratamiento. "El mieloma múltiple exhibe diferentes comportamientos clínicos y aún es difícil establecer perfiles de tratamiento individuales ajustados a la complejidad biológica del tumor", ha explicado Juan José Lahuerta, Jefe de Sección del Servicio de Hematología del Hospital 12 de Octubre, de Madrid y coordinador del Grupo Español de Mieloma (GEM).
El GEM, a través de sus estudios y ensayos clínicos, ha demostrado que la supervivencia de los enfermos ha mejorado de forma radical, por ejemplo en el ensayo clínico GEM05 menos 65 se ha demostrado que "la supervivencia a los 6 años es del 75% de los enfermos y sigue aumentando día a día, mientras que en estudios anteriores la supervivencia estaba entorno a los 40 meses", ha comentado el especialista.
El pronóstico de la enfermedad depende de factores como la agresividad proliferativa, los perfiles genéticos, la masa tumoral y fundamentalmente, de las características de cada paciente. En este sentido y según Lahuerta, "en los casos de pacientes con otras patologías asociadas, como diabetes o cardiopatías, la aplicación de tratamientos de inducción atenuados apoyados con terapias de mantenimiento posterior están obteniendo muy buenos resultados".
El mieloma múltiple es una de las patologías hematológicas en la que más avances terapéuticos ha habido en la última década. A día de hoy, los especialistas están trabajando en esquemas más eficaces y el ajuste de la intensidad de los tratamientos a las características fisiológicas de los pacientes mayores o más vulnerables biológicamente en los que, Lahuerta ha aclarado que "buscar la respuesta absoluta puede producir más daños que beneficios y perjudicar al paciente".
En este contexto, la llegada de nuevos fármacos está mejorando la calidad de vida y supone un gran avance para la enfermedad ya que están permitiendo ajustar el tratamiento para reducir la toxicidad tratando de que la terapia no pierda eficacia.
El experto ha señalado, asimismo, que "la administración de los nuevos fármacos está aportando grandes mejoras en el tratamiento de esta neoplasia. En este sentido, la administración de terapias combinadas de forma secuencial utilizando bortezomib, talidomida y lenalidomida junto con otra quimioterapia más convencional y trasplante de médula ósea permite mejorar la supervivencia de los pacientes e incrementar de forma significativa la tasa de remisiones completas".
El objetivo del tratamiento es controlar y reducir al máximo el volumen tumoral, pero sobre todo mejorar la calidad de vida del paciente. "La reducción de células plasmáticas en la médula ósea es un factor clave", ha afirmado el especialista. "Además, la mejoría clínica con disminución del dolor óseo y la mejoría de la anemia son algunos de los factores que indican que el tratamiento está funcionando", ha añadido Lahuerta.