El conocimiento matemático y su contribución al estudio funcional del genoma humano
CGP/DICYT Los encuentros sobre Biomedicina y Matemáticas organizados por el Imuva (Instituto de Investigación en Matemáticas de la Universidad de Valladolid) han contado hoy con la intervención de Javier Finat, investigador del Grupo MoBiVAP (Modelización, Biomecánica y Visualización Avanzada) de la propia Institución académica, y de Javier de las Rivas, coordinador del Grupo de Investigación en Bioinformática y Genómica Funcional del Centro de Investigación del Cáncer (CIC) de Salamanca. Mientras que el primero ha profundizado en el modelado 3D de huesos bajo información incompleta, el segundo ha explicado el reto que para la bioestadística y la bioinformática actuales supone el análisis de datos funcionales del genoma humano.
De las Rivas ha detallado a DiCYT que su grupo trabaja, en estos momentos, en el estudio de todos los genes humanos mediante tecnología punta, como son los biochips de última generación. “Con ellos somos capaces de medir en biopsias de pacientes, por ejemplo, decenas de miles de señales de todos los genes”. No obstante, el análisis de toda la información que se obtiene requiere de estudios estadísticos robustos. “Nos interesa esa interacción entre lo que es la biología molecular y el estudio del genoma y de cómo se relacionan todos los genes con cáncer u otra enfermedad, con los análisis de grandes cantidades de números, que en este caso son los genes”, añade el experto.
El progreso tecnológico experimentado en los últimos años ha sido “vital” para manejar esa gran cantidad de datos. “La misma tecnología que nos ha permitido acumular gran capacidad de información en pequeños dispositivos, como ordenadores o teléfonos móviles, es la que nos ha proporcionado los biochips que utilizamos ahora en los laboratorios”, señala el investigador, quien añade que estos avances han modificado la forma de hacer biología.
“Ya no podemos hacer la biología que hacíamos a finales del siglo pasado, en el siglo XXI necesitamos analizar miles de datos y no se puede hacer en un ordenador o una hoja de Excel, sino que se necesita un cálculo numérico más preciso, fórmulas matemáticas bien controladas y estudios estadísticos bien realizados”. Para ello, es necesario que los equipos científicos cuenten con estadísticos o ingenieros. “Todo esto constituye una nueva área de conocimiento que se llama bioinformática, en la cual la matemática estadística es muy importante”, añade.
Grupo de Bioinformática y Genómica Funcional
En el caso del Grupo de Investigación en Bioinformática y Genómica Funcional del CIC, colabora activamente con matemáticos estadísticos de la Universidad de Salamanca y de la Universidad de Valladolid. Actualmente, el grupo está formado por siete investigadores de carácter multidisciplinar. “Tenemos a varios ingenieros informáticos haciendo la tesis, biólogos y colaboramos directamente con profesores matemáticos estadísticos y médicos, que son quienes a nivel de estudios de cáncer están cerca del paciente y conocen los problemas biomédicos”, apunta Javier de las Rivas.
El equipo científico, que se constituyó hace aproximadamente siete años, trabaja en una línea de investigación centrada en el estudio de la funcionalidad de todos los genes del genoma humano, un ámbito “complejo” en el que colaboran con grupos europeos y americanos. Como precisa el investigador salmantino, tras la secuenciación del genoma humano, el gran hito de principios de siglo, el interés se centra ahora “en cómo los genes están actuando en una patología o en cuáles son los genes que pueden ser marcadores de un determinado estado o proceso patológico”.