Investigadores salmantinos buscan "un fármaco a la carta" para el dolor neuropático
JPA/DICYT La Cátedra Extraordinaria del Dolor 'Fundación Grünenthal' de la Universidad de Salamanca celebra entre hoy y mañana la undécima reunión de expertos en el manejo del paciente con dolor. Su director, Clemente Muriel, ha explicado que científicos salmantinos siguen avanzando en la investigación del dolor neuropático que desde hace años financia esta fundación. Sobre la base de estudios genéticos que realizan expertos de la Universidad de Salamanca, el objetivo a largo plazo es lograr fármacos a la carta para tratar este tipo de dolor, que es el más complicado de abordar para los especialistas.
"El dolor que estamos resolviendo peor es el neuropático", ha afirmado Clemente Muriel en declaraciones recogidas por DiCYT, un tipo de dolor que procede de alguna lesión o problema del sistema nervioso periférico o central. "No se conoce la etiología y esto lleva consigo que sea muy difícil resolver en su totalidad", asegura el experto.
Respecto a la investigación del dolor neuropático, "en Salamanca tenemos un bagaje importante", asegura el director de la Cátedra, especialmente gracias a un proyecto financiado desde hace años por la Fundación Grunental para abordar el problema desde el punto de vista de la genética. Para ello, "intentamos aunar lo que conocemos en la Unidad del Dolor [del Hospital Universitario] con la aportación de Rogelio González Sarmiento, que es una autoridad mundial en el campo de la Genética". Sólo "tres o cuatro" lugares del mundo cuentan con científicos que trabajan en este campo.
El objetivo final de esta línea de investigación sería "resolver el dolor neuropático con el fármaco a la carta", es decir, con un medicamento adaptado a las características genéticas de cada paciente. Sin embargo, esa posibilidad estaría "en un futuro más lejano de lo que parece", advierte Clemente Muriel. Si alguna vez los científicos logran su objetivo, "a través de un análisis genético, podríamos darle un fármaco específico a estos pacientes difíciles de tratar para conseguir resultados concretos", comenta. Esto supondría "un adelanto importante, pero no me atrevo a decir que resolvería en su totalidad el dolor de estos enfermos", apunta.
La investigación parte de la premisa de que una misma patología, en este caso, el dolor neuropático, afecta de manera distintas a unas personas y a otras. El especialista pone un ejemplo el caso del síndrome del miembro fantasma. "Si una persona sufre un accidente y se le amputa un brazo, puede no dolerle nunca, mientras que otros pacientes sienten dolor en la extremidad que les falta. Nos preguntamos por qué ocurre esto y pensamos que la Genética nos puede dar una aproximación a la realidad de este problema", señala.
La reunión de este año quiere contar con nuevas perspectivas para abordar el tratamiento del dolor, la que aportan, por ejemplo, asociaciones de familias de enfermos y colegios farmacéuticos. "Nos interesa la perspectiva real, porque a veces los médicos sólo nos fijamos lo que hacemos nosotros sin tener en cuenta otras situaciones", apunta Muriel. Como es habitual en estas reuniones, se elaborará un documento para "decir si vamos por el camino adecuado".
En su opinión, aún "falta una estructura organizativa a nivel político para decidir si un hospital de 500 camas debe tener o no una unidad de dolor, el tiempo de dedicación, el tipo de pacientes que vienen a las unidades de dolor". Además, falta coordinación con la atención Primaria. Sin embargo, ya "hay una conciencia sobre que los temas de dolor deben ser tratados correctamente, porque generan mucho gasto", así que "tenemos que sentar las bases de quién tiene que ir y cómo tienen que ir".