Las hembras de escarabajo se vuelven más promiscuas debido a la endogamia
CSIC/DICYT Las hembras del escarabajo castaño de la harina (Tribolium castaneum) practican la poliandria cuando su población está sometida a bajos niveles de diversidad genética, según revela una investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). El hallazgo, publicado en el último número de la revista Science, demuestra que este comportamiento aumenta su éxito reproductivo.
Los resultados se desprenden de dos experimentos. Uno de ellos compara el comportamiento de hembras pertenecientes a poblaciones endogámicas con el de poblaciones control. Tras 15 generaciones, las coleópteras fueron aisladas con series continuas de 10 machos control. Mientras que el numero de apareamientos en hembras control no supera los 12, la media de las hembras endogámicas es de casi 17. El investigador del CSIC en Instituto de Productos Naturales y Agrobiología Brent Emerson, que ha participado en la investigación, explica: “El comportamiento de las hembras se torna más poliándrico a causa de la presión impuesta por una historia de endogamia reciente”.
El segundo experimento estudia los beneficios de la poliandria, que han sido medidos en función de la viabilidad de la descendencia. Se utilizaron 33 poblaciones replicadas sometidas a endogamia durante ocho generaciones con acceso a mayor o menor cantidad de machos, y comparadas con una población control. La descendencia en hembras sometidas a endogamia relacionadas con cinco machos fue casi el doble que la de aquellas que sufrieron la misma escasez de diversidad genética y que sólo fueron emparejadas con un macho.
La misma comparación entre hembras control no fue significativa, pero sí superior a la obtenida en ambos experimentos con hembras endogámicas. Emerson considera que la investigación ha demostrado “que algunas especies serían capaces de responder a un escenario de presión endogámica, lo que aumenta sus probabilidades de evitar la extinción”.
Los resultados de la investigación abren nuevas interrogantes en este campo de estudio. Emerson opina que los próximos trabajos deberán dilucidar cuáles son los genes involucrados en el comportamiento poliándrico y cuál es el mecanismo que impulsa este cambio.