Alimentación Argentina , Río Negro, Mi茅rcoles, 13 de abril de 2011 a las 15:03

Detectan problemas en el rendimiento de cultivos que dependen de animales polinizadores

Cient铆ficos del Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y Medioambiente (INIBIOMA) del Conicet explican qu茅 es y c贸mo impacta la polinizaci贸n en la agricultura

CONICET/DICYT La población humana mundial ha crecido aproximadamente de 3 a 7 mil millones de personas durante los últimos 50 años. Desde la agricultura, la consecuente mayor demanda de alimentos y productos agrícolas (por ejemplo, biocombustibles) puede ser satisfecha mediante dos estrategias: aumentar la cantidad de alimento cosechado por hectárea –rendimiento- y aumentar el área sembrada. Para aumentar el rendimiento se ha prestado mucha atención al control de malezas, pestes y enfermedades, así como a la disponibilidad de agua y nutrientes en el suelo, entre otros factores.

 

“Sin embargo, a pesar de que aproximadamente un 70% de los cultivos que sembramos (representando un 30% de la producción mundial) se ven favorecidos en distinto grado por la acción de animales que polinizan sus flores, este aspecto no ha sido tenido en cuenta habitualmente por los agricultores”, explica el ingeniero agrónomo Lucas Garibaldi, becario del Conicet en el Inibioma.

 

El minucioso trabajo de la polinización animal

 

La polinización de los cultivos ha sido mayoritariamente un servicio “gratuito” provisto por animales silvestres, principalmente insectos y en particular abejas, y por colmenas de abeja melífera manejadas específicamente para la producción de miel.

 

Un ejemplo muy conocido, entre los cultivos que dependen de polinizadores, es el almendro. Cerca de un 75 por ciento de las colmenas de abeja melífera de EEUU –que producen miel- se trasladan a California por unas pocas semanas durante la floración de este cultivo. Otros ejemplos de alta dependencia son las cucurbitáceas, como la calabaza, el melón, la sandía, entre otros, que sólo pueden ser polinizadas eficientemente por abejas grandes debido a sus flores de gran tamaño.

 

Pero, dado que gran parte de los cultivos son altamente productivos y florecen durante un breve período del año, la comunidad de animales polinizadores residentes en tierras agrícolas no puede transportar el polen necesario para tantas flores.

 

A esto hay que sumarle que las comunidades de polinizadores en muchas regiones agrícolas se encuentran empobrecidas, con respecto a su contraparte en áreas naturales, debido al uso de insecticidas y a la poca variedad de cultivos, entre otros factores.

 

“Las investigaciones realizadas en el Inibioma sugieren que la falta de polen durante los últimos 50 años ha reducido el crecimiento del rendimiento y su estabilidad interanual en cultivos que dependen de animales polinizadores a nivel mundial. Esta reducción ha sido mayor cuánto más grande es la dependencia de los cultivos de polinizadores”, aclara Garibaldi.

 

Además, estos cultivos con menor crecimiento en el rendimiento han tenido mayor crecimiento en el área cultivada para lograr los niveles de producción demandados por el mercado. Finalmente, otro aspecto novedoso del trabajo es un modelo teórico que explica los patrones encontrados y que puede ser aplicado a otros servicios que provee la naturaleza al bienestar humano.

 

Al tener en cuenta estos factores, Lucas Garibaldi y su director, Marcelo Aizen, investigador del Conicet, aseguran que si se prestara más atención a la polinización de cultivos, por ejemplo conservando áreas silvestres donde habitan polinizadores también silvestres, el rendimiento medio y su estabilidad a lo largo del tiempo aumentaría.

 

“A su vez, el mayor rendimiento reduciría el área necesaria para satisfacer la demanda de alimentos y productos agrícolas de una población creciente. Este aspecto es importante en un mundo con una superficie finita, necesaria también para conservar la flora y fauna nativa, para asentamientos humanos y ciudades, entre otros” enfatiza Aizen.