Desarrollan un robot endoscópico inspirado en el desplazamiento de la lombriz de tierra
Cristina G. Pedraz/DICYT Las técnicas endoscópicas son las más eficaces, por ejemplo, para detectar enfermedades como el cáncer de colon. No obstante, tal y como ha registrado una encuesta realizada a pacientes americanos asintomáticos sobre la conveniencia de realizar un examen endoscópico cada tres a cinco años para prevenir su aparición, solo un 13 por ciento de los ciudadanos estaba dispuesto a realizarlo debido a las dificultades, molestias y riesgos que entraña. Así lo asegura el investigador David de la Fuente, quien está realizando su tesis doctoral en la Universidad de Valladolid sobre el desarrollo de un robot endoscópico bioinspirado en el desplazamiento de la lombriz de tierra, lo que permite mejorar las prestaciones de las técnicas endoscópicas actuales.
Según la Asociación Americana del Cáncer, en 2007 se produjeron más de 153.000 casos de cáncer colorrectal y un número de fallecimientos cercano a los 52.000, lo que sitúa a este tipo de cáncer en el segundo por el número de muertes en Estados Unidos. Sin embargo las endoscopias, el método más preciso para detectar esta enfermedad, “aunque si es cierto que han evolucionado con los años y que ha reducido el tamaño de los tubos, su desarrollo es limitado y sigue teniendo como riesgos perforaciones, desagarros o pancreatitis”.
La tesis que realiza el investigador, que ha sido merecedora del segundo premio en la modalidad de tesis del concurso Pon en Valor tu Investigación, organizado por el Parque Científico Universidad de Valladolid en el marco en el proyecto T-CUE (Transferencia de Conocimiento Universidad-Empresa), propone un prototipo de robot endoscópico que supone una evolución en la técnica respecto a lo que existe y que no deja ser “un elemento pasivo”.
El dispositivo ideado constituye un elemento activo y posibilita, a juicio de David de la Fuente, “una serie de mejoras a los especialistas en esta rama, ya que les posibilita un mejor desarrollo de su trabajo, una mejor estimación de las dolencias y una mejor actuación paliativa”.
Especificaciones técnicas
El robot endoscópico, que actualmente está en fase de construcción, parte de las características del intestino humano. “El intestino tiene algunas limitaciones, en un conducto largo cuyo diámetro y forma es variable y de superficie irregular, con unas curvas que no pueden describirse matemáticamente”, asegura, un problema que se está abordando desde diversos puntos de la técnica en los últimos años y que, por su complejidad, “no termina de despegar”.
El sistema desarrollado es bioinspirado, es decir, se ha basado en el método de desplazamiento de la lombriz de tierra (ápodo) y es modular, “lo que implica una serie de ventajas respecto a su desarrollo y puesta en marcha”. Asimismo, es hiperredundante “como la trompa de un elefante con la versatilidad que esto puede tener en un entorno no estructurado como el intestino”. Del mismo modo es supervisado por personal cualificado, ya que “el cirujano debe ser la persona que tenga la decisión en cada instante sobre cuál es el mejor paso a seguir”. En cuanto al tubo, su diámetro es inferior al de los dispositivos actualmente utilizados y cuenta con un sistema de posicionamiento muy preciso, “de tal manera que en un punto crítico se puede depositar un marcador que sirve como diana para provocar una radiación en una zona determinada”.
El objetivo final es mejorar la adherencia a esta prueba por parte de los pacientes y convertirse en una solución viable y óptima de trabajo para los profesionales de la gastroenterología, donde estas herramientas “suponen un alto valor añadido”. Posteriormente, se pretende extender su rango de actuación a otras ramas de la medicina.
Potenciales aplicaciones
Además del diagnóstico de enfermedades como el cáncer, el dispositivo tiene como potenciales aplicaciones la detección de alijos de droga, de enfermedades en etapas muy tempranas, el marcado de zonas de interés, la posibilidad de elaborar un estudio exhaustivo del comportamiento mecánico y elástico del intestino delgado y la realización de cartografía y representaciones en 3D personalizadas. “Esto último no deja de ser un problema ya que cada uno tenemos nuestra cavidad y no se conoce un modelo exacto de cómo funciona el intestino si no es bajo influencia de las drogas, realmente no tenemos un diagnóstico real de cómo funciona de un paciente no sedado”, apunta el investigador.