Una investigación estudia el crecimiento de los hongos 'Aspergillus'
YL/DICYT Un equipo de investigadores del Centro de Investigaciones Biológicas (CIB-CSIC), dirigidos por Miguel Ángel Peñalva, realiza estudios encaminados a entender los procesos subcelulares que actúan en el desarrollo del Aspergillus fumigatus, una especie de hongo que causa infecciones en pacientes inmunodeprimidos. Entre sus características más preocupantes está “su capacidad invasiva y su alta velocidad de crecimiento polarizado” como ha explicado hoy Peñalva en un seminario impartido en el Instituto de Microbiología Bioquímica de la Universidad de Salamanca.
El estudio utiliza el Aspergillus nidulans, una especie emparentada con el Aspergillus fumigatus y que rara vez provoca daños en los seres humanos, pero que “puede ser utilizado como modelo de Biología celular”, ha explicado el experto. Por el contrario, el Aspergillus fumigatus puede alcanzar una mortalidad de hasta el 90% cuando está pronosticado en pacientes inmunodeprimidos. El crecimiento de las células del hongo es altamente especializado, porque se produce de manera polarizada, en una misma dirección y todo está orientado a mantener ese alto crecimiento. Hay muchas hipótesis sobre cómo funciona este proceso, pero no hay nada concluyente al respecto. “No conocemos aún como funciona el tráfico intracelular y los reguladores básicos de este tráfico”. Si la investigación básica consigue entender como funcionan los procesos subcelulares y las moléculas que intervienen en este crecimiento es muy posible que se pueda llegar a contar en algún momento con un antifungicida universal, precisa el investigador.
No infecta a personas sanas
Las esporas de los Aspergillus viajan con total libertad en el ambiente, aunque en contacto con personas sanas no provocan patologías. Las personas en peligro de sufrir una infección provocada por el hongo son aquellas que están sometidas a procesos inmunodepresores provocados por tratamientos farmacológicos específicos, trasplantes, que hayan sufrido un choque quirúrgico o padezcan enfermedades que atentan contra el sistema inmune como el sida. “Si un hongo cae en un tejido abierto, su capacidad invasiva es alta porque el sistema inmune no puede contrarrestarlo, por eso se les conoce como patógenos oportunistas, puesto que no infectan a personas sanas”.
La cantidad de personas bajo tratamientos que deprimen el sistema inmune crece en países con alto desarrollo puesto que son muy frecuentes los procedimientos inmunodepresores, como los tratamientos con esteroides. Por ejemplo, España es líder en operaciones de trasplante, por lo que los riesgos de contraer infecciones por hongos crecen. "Paradójicamente", indica Peñalva, "las infecciones por Aspergillus fumigatus son enfermedades más propias de los países desarrollados que de los que están en vías de desarrollo".
Miguel Ángel Peñalva forma parte del Departamento de Genética Molecular de Aspergillus del CIB y dirige la Unidad de Genética Molecular de Aspergillus. Entre las líneas investigadoras que desarrollan actualmente se encuentra el análisis de los procesos reguladores del pH en los Aspergillus que propician su destacada adaptabilidad a los diferentes entornos. En los ambientes externos, el hongo se encuentra con un tipo de pH diferente (ácido) al que haya cuando se aloja en la sangre de animales o personas (ligeramente alcalino). Su equipo científico analiza la existencia de reguladores transcripcionales que determinan qué genes se activan en uno u otro ambiente. Sus investigaciones han encontrado que existen seis proteínas implicadas en este proceso.