La forma más sencilla para definir a un mamífero es mencionando sus características principales, y son que tiene glándulas mamarias o lactógenas y pelo, aunque en algunas especies debido a procesos adaptativos lo han perdido, como es el caso de algunos de los mamíferos marinos. La realidad es que existen muchísimas más características que permiten la definición de un individuo como mamífero. Si utilizáramos únicamente estas dos características tendríamos algunos problemas, por ejemplo, con los ornitorrincos y los equidnas debido a que tienen pelo, pero las glándulas lactógenas no están constituidas como en el resto de los mamíferos y carecen de pezón, aunque la función de producir leche si está presente. Hoy de hecho, según los especialistas en el estudio de los mamíferos no consideran a estas dos especies como verdaderos mamíferos sino como pre-mamíferos. Esta clasificación se debe principalmente a su método reproductivo, la cual todavía es por medio de huevos, de manera que no es completamente vivíparo como el resto de los mamíferos. Si en la actualidad, solamente contáramos con el registro fósil de estas especies y no tuviéramos a los organismos vivos, la identificación de su tipo de reproducción sería sumamente complicada.
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