Salud Colombia , Bogotá D.C., Viernes, 03 de febrero de 2012 a las 13:25

Un medicamento para humanos reduce la mortalidad en pollos de engorde

Un trabajo desarrollado en Colombia es concluyente en cuanto a los problemas fisiológicos que afectan a estos animales por la hipertensión pulmonar

UN/DICYT Una investigación reveló que la nifedipina, medicamento para la hipertensión pulmonar en humanos, aplicada en pollos de engorde, reduce en 12% su mortalidad por esta misma causa. El trabajo, adelantado por la médica veterinaria y estudiante de la Maestría en Salud Animal, Rocío del Pilar Rincón López, y dirigido por Aureliano Hernández Vásquez y Camilo Orozco, profesores titulares de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Nacional de Colombia (UN), es concluyente en cuanto a los problemas fisiológicos que afectan a estos animales por la hipertensión pulmonar, producto de la altitud y las constantes variaciones de temperatura, e incluso pueden derivar en la muerte.


La doctora Rincón dijo a Agencia de Noticias UN, que la aplicación en diferentes dosis del medicamento redujo la mortalidad de las aves. La investigación lleva más de tres años.


“La tesis constó de dos partes, una en vivo y otra in vitro. En vivo, aplicamos un bloqueador de canales de calcio, el medicamento nifedipina. Se suministró en dos dosis a un lote de pollos de engorde, desde el día 4 hasta el 42 y se evaluó el índice cardiaco, el parámetro que se tiene para determinar si los animales tienen o no la hipertensión pulmonar”, reveló.


El siguiente paso fue revisar si hubo efecto del medicamento sobre la conocida remodelación vascular, un fenómeno que sucede en esta enfermedad. “Para ello, se tomaron trozos de los pulmones, se procedió a realizar la histopatología, y las láminas fueron obtenidas con una tinción diferencial llamada tricrómica de Masson; por medio de dicha técnica se realizaron las mediciones de la muscular de las arteriolas y, posterior a esto, se hizo el respectivo análisis. Aunque no hubo diferencias estadísticas, sí se encontraron diferencias numéricas, relacionadas con el suministro de la nifedipina”, dijo.


La doctora Rincón dijo que el lote de pollos se dividió en tres: el primer subgrupo fue el llamado grupo control, al que no se le suministró el medicamento, pero que fue sometido a la misma manipulación. A los del segundo subgrupo se les aplicó 10 miligramos de nifedipina por kilogramo de peso, a las 7 de la mañana y a las 7 de la noche. Y a los del tercer subgrupo se les inoculó 30 miligramos por kilogramo de peso.


Los resultados revelaron que, en el grupo control, la mortalidad fue del 51,92%; en el segundo subgrupo, la mortalidad fue del 44,76%; y en el subgrupo tres, la mortalidad llegó al 39,21%. El balance total de la disminución fue del 12%. A mayor dosis, menor mortalidad. Con esta reducción, la producción avícola se ve favorecida y, por ende, sus resultados económicos dentro de la cadena productiva.


El trabajo in vitro consistió en el sacrificio autorizado de los animales, la extracción de sus órganos (pulmones y corazón), el aislamiento de la arteria pulmonar y el corte de esta en anillos; más adelante, estos se colocaron en el equipo de baño de órganos, el cual permite realizar la medición de la contracción vascular. En este caso, se realizó con un potente vasocontractor llamado Endotelina-1.


“La nifedipina, en este caso, se utilizó en la incubación previa a la contracción, con el fin de conocer la respuesta vasodilatadora en los anillos de arteria pulmonar, tanto de los pollos sanos como de los hipertensos. Este experimento permitió conocer la respuesta de la vasculatura pulmonar de pollos de engorde a estas sustancias (nifedipina y endotelina-1), y establecer diferencias en el comportamiento de la vasculatura de las aves sanas con respecto a las hipertensas”, aseveró.


El profesor Hernández, uno de los directores de la tesis, afirmó que nuestro clima tropical y los cambios bruscos de temperaturas que se están generando, provocaron que la producción de pollos de engorde migrara de la Sabana de Bogotá a zonas no más altas de 1.500 metros sobre el nivel del mar (msnm). Sin embargo, las fluctuaciones en temperatura, incluso en dichas altitudes, registran entre 12 y 14 grados centígrados a las 5 de la mañana, pero se elevan perfectamente a 24, 25 o más grados centígrados al mediodía y en horas de la tarde, lo que también afecta a los animales en crecimiento. Además, controlar la temperatura representa costos elevados, bien sea con sistemas de refrigeración o calefacción, a base de gas o electricidad.


“Logramos comprobar que la enfermedad, este síndrome, que es genético y no infectocontagioso, se puede desarrollar cuando los pollos se someten a alturas superiores a los 1.300 msnm”, dijo.

 

Incidencias de hasta el 50%


Esta enfermedad tiene un enorme impacto en la producción de pollos de engorde en el mundo, y Colombia no es la excepción. “En las zonas altas, es decir, de más de 1.500 msnm, la presencia de esta patología puede ser bastante elevada. En condiciones experimentales a una altura de 2.638 msnm, hemos encontrado incidencias hasta del 50%”, dijo el profesor.


Hernández anunció que está en conversaciones con un laboratorio veterinario colombiano, con el fin de aplicar los resultados de la tesis y el procedimiento con este medicamento en dos granjas experimentales, cuyo lugar aún está por definir.


El trabajo contó con el apoyo de Incubacol, entidad que donó los especímenes para las pruebas en vivo e in vitro, y de un laboratorio que produce la nifedipina para la atención de esta enfermedad en seres humanos.
La doctora Rincón y el equipo investigativo estuvieron en Canadá revelando los pormenores del estudio, y allí se mostraron gratamente sorprendidos por la propuesta del modelo de estudio ‘el pollo de engorde’.

 

“Gran parte de los investigadores emplean en sus experimentos a ratones o ratas de laboratorio. A los científicos les pareció muy llamativo que nosotros trabajáramos las pruebas con esta especie. La razón es porque desarrollan la enfermedad de forma natural, no requieren ningún tipo de manipulación genética, quirúrgica, farmacológica o con cámaras simuladoras hipobáricas o hipóxicas para inducirla; basta con someterlos a condiciones de altitud (superior a los 1.500 msnm) o a bajas temperaturas. Además, es un modelo económico y su manejo es bastante fácil”, manifestó.


Finalmente, el doctor Hernández Vásquez aseguró que el gremio productor avícola traslada los costos de más, por esta enfermedad, a los consumidores; también criticó la falta de voluntad política y empresarial en Colombia para crear una especie criolla de pollos de engorde resistentes a dichas variaciones. “Estamos trabajando con la genética producida por Estados Unidos, de pollos creados para el nivel del mar. Una especie propia sería una solución radical”, concluyó.