‘Radiografía’ del desarrollo del tejido que sufre el 90% de los tipos de cáncer
CSIC/DICYT Una investigación liderada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha caracterizado el proceso de formación de los tejidos epiteliales. El trabajo, que ha sido publicado hoy en la revista Nature Cell Biology, revela 14 marcadores asociados a su desarrollo.
El 90% de los tipos de cáncer proceden de los tejidos epiteliales y son considerados por los expertos como los de peor pronóstico. Entre los tumores procedentes del tejido epitelial se encuentran el de mama, el de pulmón y el de colon. La investigación ha revelado que los 14 marcadores involucrados en el desarrollo epitelial aparecen alterados en casos de muestras tumorales humanas de este tejido.
El epitelio está compuesto por una o varias capas celulares que recubren el organismo, tanto por fuera, por ejemplo en la piel; como por dentro, en el tracto gastrointestinal, el riñón y la glándula mamaria, entre otros. Los epitelios, que constituyen el 60% de todas las células, actúan como barreras selectivas del cuerpo humano.
Las células del tejido epitelial se caracterizan por su polaridad, es decir que no presentan las mismas propiedades en todas sus superficies. Mientras un tipo de membrana celular separa los epitelios del exterior, al otro lado, otra clase de membrana conecta las células epiteliales a los vasos sanguíneos y a la matriz extracelular subyacente.
El investigador del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (centro mixto del CSIC y la Universidad Autónoma de Madrid) Fernando Martín-Belmonte, responsable del trabajo, explica: “Una de las características más importantes para que progrese un tumor del tejido epitelial es que pierda su polaridad”.
Por lo tanto, el análisis de la formación de los epitelios es clave para descifrar los mecanismos moleculares involucrados en su polarización. El papel de los 14 marcadores revelados por la investigación podría resultar útil en patologías asociadas a la pérdida de la polaridad epitelial, como lo es el cáncer, y para contribuir al descubrimiento de posibles dianas terapéuticas contra estas dolencias.
El trabajo ha contado con la colaboración de investigadores de la Universidad de California (EEUU) y de la Universidad de Tohoku (Japón).