Prevención, detección y tratamiento, ejes para la lucha contra el cáncer
AC/INSP/DICYT El cáncer es una enfermedad multifactorial que cada año causa cerca de siete millones de muertes alrededor del mundo, lo cual lo convierte en uno de los principales problemas de salud pública a nivel global. De acuerdo con el Dr. Eduardo Lazcano, Director Adjunto del Centro de Investigación en Salud Poblacional (CISP) del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), se trata no de una sino de muchas enfermedades, toda vez que existen más de cien tipos distintos de este grave padecimiento. En todos los casos, se origina con el crecimiento incontrolado y la rápida expansión de células de alguna parte del cuerpo, que producen crecimientos secundarios conocidos como metástasis.
Casi todos los tipos de cáncer forman tumores o tejidos anormales que presentan el aspecto de un bulto o protuberancia. En los tumores cancerosos o malignos (no todos lo son), las células cancerígenas se desprenden de estos y, por medio del torrente sanguíneo o del sistema linfático, se dirigen hacia otras partes del cuerpo, donde continúan creciendo y dan origen a nuevos tumores.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, de no adoptarse las medidas necesarias, para el año 2025 podrían presentarse en el planeta alrededor de 15'5 millones de nuevos casos confirmados de algún tipo de cáncer. Entre los diversos agentes causales de esta enfermedad, se encuentran, de manera señalada, las infecciones, como ocurre en los casos del cáncer cérvico-uterino, el cual se encuentra asociado directamente a infección persistente por el virus del papiloma humano; del cáncer gástrico, posiblemente vinculado a la presencia de la bacteria Helicobacter pyroli; y el cáncer de hígado, relacionado con infecciones persistentes por el virus de la hepatitis B y C.
El tabaquismo constituye otro agente causal, si bien, en este caso, controlable. Este es el responsable del 95% de los casos de cáncer de pulmón y otros tipos de esta enfermedad. El cáncer de mama, por su parte, es hoy uno de los problemas de salud pública más graves y acuciantes a nivel mundial, toda vez que anualmente se diagnostican alrededor del orbe más de un millón de casos de mujeres con este padecimiento, y se registran cerca de 548 mil defunciones. En lo que se refiere a nuestro país, el cáncer de mama representa la primera causa de muerte femenina por neoplasias malignas, y la segunda de muerte en general entre mujeres de 30 a 54 años de edad. La mayoría de los casos se autodetecta, y solo 10% del total se identifica en su primera etapa, por lo que se trata de un problema que afecta no solo la salud de la mujer en lo individual, sino a la pareja, a la familia, a los sistemas de salud y a la sociedad en su conjunto.
En cuanto a la población masculina, actualmente el cáncer de próstata es el tipo de cáncer más común entre hombres, así como la segunda causa más frecuente de muerte por dicha enfermedad. Es, asimismo, el cáncer más común en humanos. En lo que se refiere al futuro, se calcula que uno de cada seis hombres nacidos hoy será diagnosticado con cáncer de próstata en algún momento de su vida.
Entre los factores de riesgo de esta clase de cáncer, se incluyen edad, raza, antecedentes familiares, dieta y factores genéticos. Es, en gran medida, una enfermedad que se presenta en los adultos mayores: la edad promedio de diagnóstico es alrededor de los 69 años, y aproximadamente a los ochenta se registran las muertes causadas por este padecimiento.
Importancia de la prevención
La prevención sigue siendo, junto con la detección temprana y el tratamiento oportuno, la acción más importante para hacer frente a esta mortal epidemia. En esa inteligencia, el INSP, a través de los investigadores del Centro de Investigación en Salud Poblacional y el Centro de Investigación en Enfermedades Infecciosas, ha dedicado toda una de sus líneas de investigación (la “Línea de prevención en control del cáncer) a la caracterización de la historia natural de los cánceres prevenibles, a fin de coadyuvar a establecer estrategias costo-efectivas de promoción de la salud, prevención, detección oportuna, diagnóstico, tratamiento y control del cáncer en el ámbito poblacional, y llegar a ser, así, un centro de referencia para países en desarrollo en lo que a traducción de evidencia científica para la prevención del cáncer se refiere.
En lo tocante al cáncer cervical, el INSP ha contribuido enormemente a su prevención en los niveles local y regional, al participar exitosamente tanto en la identificación de la eficiencia y calidad de los programas de prevención en el ámbito poblacional, como en los ensayos clínicos internacionales para probar la eficacia de las vacunas contra el virus del papiloma humano (VPH) no solo en mujeres, sino en hombres heterosexuales y hombres que tienen sexo con hombres (HSH).
Asimismo, el INSP ha implementado la prueba del VPH a nivel masivo, incluyendo un estudio de aceptabilidad de autotoma vaginal para determinar VPH, y es el principal asesor del gobierno federal en la implementación de acciones de prevención focalizadas en casos de cáncer de la mujer, a tal grado que las políticas sanitarias implantadas durante el último lustro han derivado de estudios de innovación y desarrollo tecnológico realizados por el propio INSP, que hoy tratan de implementarse en otras naciones latinoamericanas.