Manipulan genéticamente a los mosquitos para prevenir malaria
Agencia ID/DICYT Células accesorias del corazón (pericárdicas) de los mosquitos portadores de la malaria podrían jugar un papel clave para evitar la propagación de esta enfermedad entre los humanos, según reporta un estudio del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP). La propuesta de los investigadores mexicanos consiste en llegar a manipular genéticamente al insecto a fin de que su propio organismo tenga mecanismos de defensa contra el patógeno y eviten su propagación.
La investigación se centró en identificar los mecanismos de defensa del insecto y los tejidos u órganos clave que puedan responder contra la presencia de microorganismos. El grupo de científicos del Departamento de Infección e Inmunidad, del Centro de Investigación sobre Enfermedades Infecciosas del INSP, liderados por el doctor Salvador Hernández Martínez, encontró que el parásito de la malaria antes de llegar a las glándulas salivales del insecto (requisito indispensable para ser transmitido al humano) pasa por su sistema circulatorio, y es en el corazón donde las llamadas células pericárdicas tienen capacidad de detener al patógeno.
“Las células pericárdicas del mosquito realizan funciones similares a las del riñón humano, filtrando sustancias tóxicas del sistema circulatorio y manteniendo su homeóstasis. Nosotros hemos encontrado que adicionalmente pueden detener y destruir microorganismos, convirtiéndose en un importante órgano inmune. Lo que analizamos son los mecanismos que puedan ayudar a las células pericárdicas a destruir el parásito de la malaria, y una vez que los encontremos trataremos de modificar al mosquito”, señaló Hernández Martínez.
A pesar de que esta investigación mexicana aún se encuentra en etapa básica, se espera que en el mediano plazo pueda tener aplicación para beneficiar a las poblaciones afectadas por la enfermedad.
El grupo de expertos del INSP es el primero en trabajar en la respuesta celular mediada por el corazón del mosquito vector de la malaria, y su intención es que el conocimiento generado a partir de este proyecto pueda aplicarse también en las modificaciones de otros insectos transmisores de padecimientos, como los mosquitos del dengue o las chinches con la enfermedad de Chagas.
Actualmente la malaria es una enfermedad que se encuentra en fase de pre-erradicación en México, debido a una adecuada estrategia de las autoridades (federales y locales) y la participación de la sociedad. Sin embargo, para control de los mosquitos se continúan empleando insecticidas que pueden afectar a otras especies, por lo que la opción propuesta por el INSP tiende a ser más amable con el equilibrio del ecosistema.
“Si eventualmente conseguimos que el mosquito sea incompatible con el parásito, entonces conviviríamos con insectos que nos seguirían picando, pero no nos enfermarían”, explicó Hernández Martínez.