Los tratamientos de base genética, más específicos y menos tóxicos que los convencionales
CGP/DICYT La genética y genómica clínicas han cambiado de forma radical la visión diagnóstica y terapéutica de numerosas especialidades médicas. Además, los conocimientos genéticos de posibles nuevas dianas terapéuticas siguen incrementándose de manera exponencial, lo que facilitará un probable desarrollo a corto-medio plazo de nuevos tratamientos que ayuden a mejorar aún más el pronóstico de los pacientes.
Así lo señala el doctor Tomás José González López, médico adjunto del Servicio de Hematología del Hospital Universitario de Burgos, en el marco de la Jornada sobre Genética y Genómica Clínica, reunión incluida dentro del Plan de Formación Continuada de la Consejería de Sanidad de Castilla y León (SACYL) y abierta a médicos, personal de enfermería y técnicos de laboratorio. La iniciativa tiene por objetivos dar a conocer a los distintos profesionales sanitarios los principales avances en genética y genómica que puedan serles de utilidad en el desempeño de su actividad asistencial diaria, proporcionar los conocimientos necesarios para poder realizar una lectura crítica de artículos científicos en los que la base genética es importante y, por último, conocer las herramientas disponibles para analizar la bibliografía publicada.
“En España, y en el caso particular de Castilla y León, cabe reseñar que el nivel de la actividad asistencial y de investigación resulta equiparable al de los centros de mayor prestigio internacional”, señala el doctor González López. De hecho, según este experto, en el caso particular de aquellos tratamientos aún no aprobados para su uso en Europa por la Agencia Europea del Medicamento (EMA), la comunidad dispone de un Centro de Referencia en Hematología en el Hospital Clínico Universitario de Salamanca, donde es posible acceder a las terapias más innovadoras disponibles actualmente.
Por otra parte, en el Centro de Investigación del Cáncer de Salamanca existe un biobanco de ADN que, según el especialista, “está ya proporcionando resultados científicos significativos a nivel clínico y preclínico en muy diversas patologías, fruto de la colaboración entre investigadores básicos y médicos clínicos”. Además, señala, se espera que su actividad investigadora se vaya incrementando en los próximos meses como consecuencia de la labor divulgativa que se está realizando por parte de las diversas instituciones sanitarias de la región.
Tratamiento personalizado
Las “terapias dirigidas” a diversas dianas moleculares hacen posible un tratamiento específico contra las células responsables de la enfermedad, minimizando los efectos secundarios y aumentando de forma exponencial el éxito terapéutico. Asimismo, son coste-efectivas, ya que, aunque tienen un elevado coste, incrementan de manera sustantiva la calidad y esperanza de vida de los pacientes.
Según explica este experto, “las terapias tradicionales son muy eficaces pero menos específicas; como efectos secundarios pueden producir un daño a las células de nuestro organismo que se dividen más rápidamente. A fecha de hoy resultan imprescindibles en el tratamiento de la mayoría de los procesos oncológicos”. Sin embargo, indica, se espera que en un futuro a corto-medio plazo los tratamientos de base genética puedan ser empleados de forma adicional o incluso llegar a sustituir a estas terapias tradicionales, gracias a su menor toxicidad.
“Cabe resaltar que la medicina que estamos implementando en nuestra práctica clínica diaria está cada vez más basada en el hallazgo de diversos tratamientos dirigidos contra dianas moleculares descubiertas años atrás. En este sentido, es esperable que en un futuro no muy lejano prácticamente cualquier tratamiento oncológico deba buena parte de su éxito a la posibilidad de uso de diferentes tratamientos, según las alteraciones moleculares que presente la neoplasia del paciente, aumentando así las posibilidades de éxito terapéutico y disminuyendo los efectos secundarios ocasionados al paciente de manera importante”, concluye el doctor González López.