Espacio España Baltimore, Internacional, Lunes, 15 de marzo de 2004 a las 13:24

Los científicos se asoman a las galaxias más antiguas a través del Hubble

Para conocer más acerca de la evolución del Universo

JTF/DICYT La semana pasada se hizo público que, por primera vez, los astrónomos norteamericanos han conseguido obtener la imagen visible de las primeras galaxias que aparecieron en el espacio tras el Big Bang. Se trata, según los expertos, de la visión del Universo más antigua conseguida hasta ahora. Esto ha sido posible mediante el telescopio Hubble utilizando la técnica de Campo extremo profundo (HUDF), que recurre a exposiciones ultralargas para poder captar la débil luz procedente de estos cuerpos. La importancia de estas imágenes radica en que permiten conocer cómo eran los primeros cuerpos celestes que suministraron energía a un Universo que todavía estaba totalmente frío y oscuro, y que permitirán aportar datos de su evolución posterior hasta llegar al momento actual.

 

Esta nueva imagen ha sido posible mediante la composición de dos imágenes separadas tomadas por dos dispositivos diferentes del Hubble: la Cámara avanzada de vigilancia (ACS) y la Cámara de infrarrojo cercano y el espectrómetro de multiobjetos (Nicmos), ambas instaladas durante la última misión de servicio del Hubble que se realizó en 1993. La combinación de las imágenes enviadas por estas dos cámaras permite ver algunas galaxias que son demasiado débiles para ser captadas ni por telescopios con base en tierra ni por ninguna de las cámaras de campo profundo utilizadas por el Hubble hasta ahora.

 

Expertos del Instituto de Ciencia de Telescopio Espacial de Baltimore, en Estados Unidos, han explicado que con este nuevo sistema se va a poder investigar galaxias que se crearon en 400 y 800 millones de años después del Big Bang, para así poder comparar las similitudes y diferencias entre el Universo originario y el actual y su evolución.

 

Como muestra de las mejoras aportadas por el HUDF hay que señalar que ha permitido contabilizar 10.000 galaxias en una región del espacio situada debajo de la constelación de Orion en la que los telescopios terrestres indicaban espacio vacío. Las imágenes finales obtenidas muestran una amplia gama de galaxias de varios tamaños, formas, y colores, que llevan a aventurar a los científicos que el universo todavía estaba en los primeros momentos de su organización.

 

Las observaciones HUDF comenzaron el 24 de septiembre de 2003 y continuaron hasta el 16 de enero de 2004. La cámara ACS del telescopio captó la luz de los fotones procedentes de cuerpos que se crearon antes de que la misma Tierra existiese. Con la ACS se pueden ver galaxias de dos a cuatro veces más débiles que las que se podían analizar hasta ahora, y es sensible a la radiación infrarroja cercana que permite a los astrónomos recibir información de las galaxias observables más alejadas. Este sistema permitirá seguir mirando al Universo más profundo hasta el año 2011 en que está previsto que, como resultado de la colaboración entre las agencias espaciales europeas y americana, se ponga en órbita el telescopio James Webb.