Nutrition Spain Salamanca, Salamanca, Friday, July 13 of 2007, 17:09

La población de urogallos ha descendido hasta los 400 ejemplares, localizados sobre todo entre Asturias y León

Un experto en la conservación de este animal ha explicado hoy en Salamanca que las técnicas de seguimiento de este animal han cambiado

José Pichel Andrés/DICYT La población de urogallos ha descendido de forma brusca en los últimos años en la Cordillera Cantábrica hasta situarse en los 400 ejemplares, localizados sobre todo entre las provincias de Asturias y León. Así lo ha indicado esta mañana en Salamanca un experto en la conservación de este animal declarado en peligro de extinción, que ha explicado cómo los científicos están cambiando las técnicas de seguimieto para no alterar la vida del urogallo.

 

La cifra de 400 ejemplares, unos 200 machos y unas 200 hembras, representa un 50% menos de individuos que en el año 1982. "Es un declive muy importante, porque 25 años es muy poco tiempo para una especie y esto no ha tocado fondo, sigue bajando y cuanto más baje la población más difícil será de recuperar, porque hay ejemplares muy separados", ha declarado a DICYT Luis Robles González, perteneciente a la consultora ambiental Geria. El núcleo con una presencia más fuerte está en la zona más occidental de la Cordillera Cantábrica, en los Montes del Alto Sil y Cangas de Narcea, entre Asturias y León. En la parte oriental, en Picos de Europa, no se da por perdido, pero la población está a punto de extinguirse, ya que hay unos 40 ejemplares repartidos en un territorio muy grande, con lo cual, la posibilidad de que se crucen es muy pequeña.

 

Sin una explicación completa

El urogallo es "una especie en peligro de extinción desde hace mucho tiempo, aunque legalmente ha sido reconocida hace poco. Las poblaciones de urogallo presentan un declive muy importante y no vemos visos de que se recupere", sentencia el especialista. Sin embargo, los científicos no han encontrado una explicación satisfactoria. "En otras especies los problemas están identificados, como pueden ser atropellos, venenos o tendidos eléctricos, pero al urogallo le están pasando una serie de cosas que no parecen muy importantes pero que todas juntas contribuyen a su desaparición, y no es un problema de la especie cantábrica, sino que lo comparten las 12 especies que hay en el mundo", aclara.

Entre esos pequeños problemas están la fragmentación del hábitat o el cambio climático, que "modifica los ciclos de especies de insectos que le sirven de alimentación", así como las nevadas tardías o las lluvias tempranas que estropean las puestas de huevos en el suelo. Tampoco ayudan a su conservación fenómenos como la presencia humana en los bosques o la depredación, algo que es normal en circunstancias normales, pero en la actualidad parece que "el equilibrio entre predador y presa está desajustado", según Luis Robles. 

 

Planes de recuperación

En la actualidad, existe un plan de recuperación en Asturias, mientras que Castilla y León está a punto de publicar el suyo y también Cantabria y Galicia lo tienen en proceso de redacción. Entre las medidas de protección que recogen estos planes están la plantación y conservación de ciertas especies vegetales, para mantener el hábitat del animal, "pero hay que admitir que el hábitat posiblemente no sea el gran problema del urogallo. En cualquier caso, actuaciones como instalación de tendidos eléctricos, desbroces para ganadería y construcción de urbanizaciones pueden afectarle, así que el objetivo es que no se deteriore lo que tenemos ahora mismo", afirma Robles. 

Este especialista se dedica al seguimiento del urogallo en Castilla y León y asegura que para ello han ido cambiado las técnicas. "Antes, consistían en ir a las zonas de celo para contar el número de machos, pero esto no es efectivo y además se provocan molestias a la especie, por lo que hemos diseñado una nueva técnica, que consiste en detectar la presencia por indicios como excrementos y plumas, ya que además es un animal difícil de ver", apunta. 

 

Localizar urogallos por radio 
Los problemas para detectar al urogallo también hacen que aún existan "lagunas sobre su conocimiento", por eso, los científicos han decidido apoyarse en la tecnología, como se hace con otras muchas especies aniales. Un proyecto en el que trabaja Robles pretende realizar el seguimiento de varios ejemplares con un dispositivo que emite una onda que se capta con una antena terrestre. "Un técnico va al campo y puede localizar dónde está el animal. Así vemos qué movimientos realiza la especie, el urogallo está utilizando sitios que no imaginábamos, ya que es muy difícil de ver salvo en la época de celo", explica el especialista. Las ondas de radio pueden localizar al ejemplar a cinco kilómetros y el tipo de sonido que se capta revela dónde está. La dificultad para capturar un urogallo hace que, de momento, sólo se hayan colocado detectores en dos animales en la provincia de León, pero el proyecto incluye a una decena de urogallos en León y Asturias.