La OTAN analiza los avances tecnológicos sobre radares
JPA/DICYT La Universidad de Salamanca acoge hoy y mañana un congreso de la OTAN centrado en el desarrollo de radares cada vez más avanzados, que tienen aplicaciones tanto civiles como militares. Estas jornadas se enmarcan dentro de las acciones de la Science and Technology Organization (STO), que se encarga del desarrollo de la I+D dentro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte y reúnen a más de 70 expertos entre los que se encuentran empresas españolas e ingenieros del Ejército.
Uno de los objetivos de estas jornadas es “tratar, por medio de la cooperación científica, de elevar el nivel de conocimientos de las naciones” en esta materia, según ha explicado en declaraciones recogidas por DiCYT Tomás Martínez Piquer, ajunto al subdirector general de Tecnología e Innovación del Ministerio de Defensa para la Cooperación Internacional en I+D y miembro de la representación española en la Junta Directiva de la STO y en la dirección de I+T de la Agencia Europea de Defensa.
Como ejemplo de las iniciativas que se dan a conocer en este encuentro, entre las intervenciones de esta mañana, se ha presentado una propuesta para localizar barcos y aviones, tanto civiles como militares, a través de un sistema que incluiría estaciones terrestres, satélites e instrumentos instalados en aviones.
Los proyectos de investigación en este campo son muy variados, porque la visión que se tiene de los radares también es muy diversa, según ha explicado Matthias Weiß, coordinador internacional de las jornadas. En cualquier caso, los avances pasan por “la combinación de señales procedente de distintos radares”, ha explicado, que pueden ser terrestres, aéreos o espaciales. Con ello se puede obtener información gráfica en tres dimensiones. Incluso ya se trabaja en nuevas perspectivas, como una cuarta y una quinta dimensiones, que consistirían en incorporar nuevas variables, como el tiempo o la temperatura.
En cualquier caso, para un radar “sigue siendo difícil identificar pequeños objetos voladores a baja altura, localizar minas enterradas en el suelo o llegar a calles de ciudades con edificios altos”. Todos estos avances se encuentran en fase de experimentación y en un futuro próximo será una realidad. “La investigación es universal y la globalización permite que se esté trabajando en todo el mundo, en universidades de gran prestigio y en centros tecnológicos. Las naciones más poderosas son las que mayor esfuerzo están realizando”, ha destacado Tomás Martínez Piquer.
Doble vertiente
Los expertos han destacado en la presentación del congreso que la tecnología de vanguardia en el campo militar suele tener una doble vertiente de utilidad, no sólo para los ejércitos, sino también para usos civiles. Una de esas aplicaciones es la detección de explosivos, que “puede servir para las fuerzas armadas en misiones internacionales o para asuntos mucho más cotidianos, como la seguridad en los aeropuertos”. Esta técnica, que en parte ya es un hecho, es “mejorable a corto plazo” y deriva de la tecnología SAR (del inglés Synthetic Aperture Radar, Radar de Apertura Sintética), un tipo de sistema radar que procesa la información capturada.
Aunque esta tecnología es muy compleja, las empresas españolas participan en este tipo de proyectos de investigación. “Hay naciones más fuertes técnicamente, pero tenemos un nivel acorde con nuestra presencia en el mundo industrial y de investigación”, ha asegurado Tomás Martínez Piquer. De hecho, la compañía Indra trabaja en su centro ubicado en León, precisamente, en la detección de explosivos.
Otras tecnologías de defensa y seguridad
La tecnología relacionada con los radares es sólo una parte de la investigación que se desarrolla en el mundo en relación a la seguridad y la defensa. Juan Manuel Corchado, decano de la Facultad de Ciencias y coordinador local de las jornadas, ha explicado que el grupo de investigación BISITE, que él mismo dirige, trabaja en la actualidad en un proyecto sobre ciberseguridad que ha recibido recientemente una subvención de 750.000 euros por parte del Ministerio de Industria, Energía y Turismo. “Está centrado en el desarrollo de una serie de herramientas que nos van a permitir identificar delitos en redes sociales, saber cómo están relacionados en un contexto geográfico y temporal unos delitos con otros, cuáles son los socios o colaboradores de distintos grupos delictivos y cómo están conectados entre ellos en redes sociales y en internet en general”, ha explicado.
Otro campo de gran importancia es el de los UAV (del inglés unmanned aerial vehicle), vehículos aéreos no tripulados que van mucho más allá de las misiones militares internacionales. “En el futuro, serán empleados absolutamente para todo”, ha asegurado Tomás Martínez Piquer, destacando su papel en el campo de la comunicación. Por eso, la principal fuente de inversiones en esta tecnología es la Comisión Europea, que tiene un proyecto denominado Remotely Piloted Aircraft Systems (RPAS), de sistemas aéreos tripulados remotamente. “En el marco de los próximos 10 años se hará un esfuerzo para hacerles volar en lo que se llama espacio no segregado”, indica el experto. En la actualidad vuelan solos en su espacio, pero dentro unos años lo harán junto con los aviones tripulados y serán controlados en el contexto de la iniciativa Cielo Único Europeo, por lo que el desarrollo de su tecnología será esencial para garantizar la seguridad.
Las jornadas que se celebran esta semana en Salamanca ya han tenido lugar en otras ciudades de Europa como Londres y Roma y próximamente se celebrarán en Alemania. La idea es acercar los avances en el campo tecnológico de los radares a los especialistas interesados. En total, los países que participan son 69, puesto que a los 28 miembros de la OTAN hay que sumar 41 naciones asociadas.