Investigadores salmantinos trabajan en la mejora de los procesos industriales de obtención de proteínas
Ana Victoria Pérez/DICYT La joven investigadora Eva Martín del Valle, del Departamento de Ingeniería Química y Textil de la Universidad de Salamanca, coordina un estudio destinado a mejorar los procesos industriales de separación de proteínas. Las proteínas son productos de alto valor añadido para la industria, ya que se obtienen en muy pequeñas cantidades de apenas 4 ó 5 miligramos diarios, por lo que su precio de mercado es muy alto, llegando a alcanzar los 300 euros por miligramo, y cuya demanda crece cada día entre los sectores médico y farmacéutico, en los que se utilizan para la fabricación de distintos tipos de medicamentos.
Según ha explicado la investigadora Eva Martín a DICYT, "el encontrar un método que nos permita obtener proteínas en continuo reduciría de manera importante los tiempos empleados en su producción, lo que a su vez repercute directamente en los costes del proceso, que también disminuirían".
Los trabajos desarrollados en el Departamento de Ingeniería Química y Textil se centran, por el momento, en mejorar la separación de tres tipos de proteínas presentes en los hemolizados de la sangre: la anhidrasa carbónica, la catalasa y el superóxido dismutasa. Según comenta Eva Martín "hemos seleccionado estas proteínas porque sus propiedades antioxidantes hacen que sean muy demandadas por las industrias médica y farmacéutica, donde se utilizan como base para la fabricación de múltiples medicamentos".
En los laboratorios ubicados en el Edificio de Ciencias de la universidad salmantina los investigadores someten a los hemolizados, (la sustancia obtenida cuando se rompen los glóbulos rojos presentes en la sangre y se libera su contenido) a un proceso de cromatografía de afinidad. Esta técnica permite la separación de mezclas proteicas según su afinidad, o lo que es lo mismo, la capacidad que cada una de las proteínas presentes en el compuesto tiene de unirse a un determinado ligando. Eva Martín explica que "se trata de un procedimiento cuya aplicación es muy restringida, aunque la ventaja es que presenta una alta selectividad a la hora de separar los componentes de una muestra biológica".
Atrapadas en columnas de cristal
Para separar tres tipos diferentes de proteínas será necesario contar con tres tipos distintos de ligandos. El ligando es introducido entonces en una columna a través de la que una bomba hace circular el preparado que contiene los hemolizados de la sangre. Durante ese proceso las proteínas sensibles a la atracción del ligando quedan atrapadas, mientras que el resto son lavadas o eluidas a través de la columna junto con otras sustancias que integran el líquido emoliente. Para extraer las proteínas retenidas en una columna es necesario insertar un eluye o solución capaz de romper la interacción que se establece entre el ligando y esa proteína específica.
La profesora Martín apunta que "para continuar el proceso de separación es necesario cambiar la columna por otra que contenga un ligando capaz de atraer al segundo tipo de antioxidante que deseamos retener". La clave para automatizar el proceso es conseguir que los hemolizados circulen por la segunda columna, mientras tiene lugar el proceso de extracción de las proteínas retenidas en la primera etapa".
Por el momento los ensayos llevados a cabo se encuentran en una fase preliminar, ya que la aplicación de este método requiere que los investigadores conozcan perfectamente las características físico químicas de las proteínas. Una vez superado este paso comenzará la experimentación con columnas de diferentes tamaños y distintos tipos de ligandos, por lo que aun habrá que esperar un tiempo para obtener resultados concluyentes.