Ingenieros de la Universidad de León experimentan con residuos para reutilizarlos en la fabricación de hormigones
Isidoro García Cano/DICYT Un grupo de investigadores de la Universidad de León experimenta con materiales de residuos para comprobar su utilidad en la fabricación de hormigones. Los científicos han realizado diversas pruebas y comprobado que, con residuos procedentes de la industria cerámica, se pueden obtener resistencias medias similares o incluso mejores a las del hormigón de referencia. Este proceso es fácil de implantar y supondría la reutilización de un material que no se aprovecha y para cuya obtención se ha utilizado mucha energía, además de contribuir a reducir la obtención de áridos de las canteras.
Según explica a DiCYT Ignacio Guerra, investigador del grupo Ingeniería Rural y Medio Ambiente (Inruma) responsable del proyecto, "la gran demanda de áridos ha hecho que escaseen las graveras y se abran nuevas canteras con el consecuente deterioro del paisaje y el medio ambiente. Por otro lado, las industrias generan residuos que son un problema". Así, el objetivo de la investigación es "hacer hormigones sustituyendo una parte de los áridos (arena o grava) por residuos. Se resuelve así el problema medioambiental y el de la utilización de residuos, que pasan a tener un valor añadido".
Los investigadores del departamento de Ingeniería y Ciencias Agrarias de la Escuela de Ingeniería Agrícola han realizado pruebas con diversos materiales: caucho de los neumáticos, polvo de corcho, residuos de cables eléctricos y restos de cerámicas y loza sanitaria. Éstos últimos son con los que, según Guerra, han obtenido mejores resultados. "Sustituir un 7 por ciento de la arena del árido por material cerámico triturado mejoraba la resistencia media del hormigón de referencia", comenta el investigador. El resto de propiedades del hormigón se mantiene y, además, "el proceso tiene el valor de reutilizar productos como la cerámica, en cuya elaboración se invierte mucha energía".
Ampliación de análisis
En esta línea de trabajo se colabora con empresas de cerámica cuyos residuos actualmente acaban en escombreras o vertederos. Los ensayos, realizados en un laboratorio de la Universidad de León y sido publicados en revistas como Ingeniería Civil o Biosystems Engineering, se han centrado en analizar la resistencia a la compresión, la propiedad que caracteriza principalmente al hormigón, según Guerra. Los investigadores leoneses elaboran unas probetas cilíndricas de hormigón con los distintos materiales de deshecho y las someten a la presión de una prensa hasta que se rompen, con lo que establecen el valor de la carga de rotura, a partir del cual se establece la resistencia.
También se realizan otros ensayos de tracción indirecta (romper la probeta en horizontal) y de resistencia al desgaste. En próximos trabajos, como el que realiza el doctorando del grupo César Medina sobre la reutilización de materiales cerámicos en hormigones, se ampliarán los análisis a estudios cristalográficos (para conocer la estructura interna del material, que se realizarán en colaboración con investigadores de la Escuela de Minas de la Universidad de León) y de durabilidad (ensayos adaptados al hormigón que someten las mezclas experimentales a congelación y descongelación). Esta línea de investigación surgió en el antiguo Instituto Energético Minero de León (Enermitec), de la mano del catedrático Bernardo Llamas.
Fácil implantación industrial | |
Según Ignacio Guerra, la implantación industrial de este sistema de reutilización de residuos para fabricar hormigones ecoeficientes sería "fácil". En las industrias cerámicas los residuos salen limpios (no mezclados, como en el caso del caucho o los cables eléctricos). Así, simplemente habría que llevarlos a una planta de hormigón para machacarlos y homogeneizar su tamaño mediante el cribado, al igual que se hace en las graveras actuales. Otro tipo de residuos, como los que genera la demolición de un edificio, presentan más problemas porque son objetos muy distintos. |